Perdido en su mirada I: Flechazo

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Pablo:

Me levante ese día por la mañana, decidido que seria como todos los demás de mi aburrida vida de 18 años, era viernes, al menos vendría el fin de semana y con el, podría relajarme un poco de el estrés de las ultimas semanas de clase y saldría a tomar una copa con mis amigos.

Me di una ducha fugaz y me aliste con mi ropa deportiva para ir a correr a la pista cerca de casa, ya que aparte de realizar un poco de actividad física podía deleitarme con un par de chicos que estaban de muy buen ver, aunque nada pasaba de allí, puesto que soy un chico sumamente acomplejado con mi homosexualidad y me aterraba la idea si quiera de corresponder un coqueteo cuando algún chico lindo lo iniciaba.

Regrese a casa cerca de las 12:00 pm, tome una ducha rápida y me puse el uniforme de la escuela y salí de casa en dirección a esta. Para ir de mi casa a la escuela son 35 min aproximadamente a pie, así que procuro tomar un bus que me deja justo en frente de esta por lo retirado del trayecto.

 Mi día transcurrió aburrido y con normalidad, debó mencionar que soy un chico amistoso y divertido cuando estoy en confianza, por lo cual tengo un grupo de amigas y amigos medianamente amplio, lo malo es que nadie sabe de mi condición, no me siento con la suficiente confianza para poderle contar a alguien mi secreteo mejor guardado y todo lo que me pasa con mi vida sentimental, dicho esto, nadie sospecha nada, soy el tipo de chico promedio que no se le nota nada lo gay, alto (1.85), piel blanca, ojos café muy claros, pelo castaño obscuro, y robusto de cuerpo, pero con mi altura, según dicen mis amigas me veo un tanto marcado y con rostro lindo.

Tengo una actitud un tanto despreocupada y sin llamar la atención, ya que con mi altura, siempre soy de los primeros que voltean a ver, por lo cual me gusta pasar desapercibido, y evitar que la gente me observe lo menos posible.

Faltaban ya algunas semanas para terminar el curso (mi ultimo año, soy de sexto semestre) por lo cual las clases eran un tanto ligeras, solo que tenia que entregar un proyecto final de programación para poder titularme, lo cual era lo único que me tenia bastante ajetreado.

Ese día fui de los últimos en mi clase en salir, ya que quería aventajar lo mas que pudiera de mi proyecto antes del fin de semana, pasaban de las seis de la tarde cuando me percate que nadie de mis amigos quedaba en el laboratorio de computo, lo cual indicaba que me tendría que ir solo a casa, tome mis cosas con desgana y me dirigí a la salida del plantel casi arrastrando los pies de la flojera que traía encima.

Tome dirección hacia la parada del bus para regresar a mi casa, soy muy distraído cuando camino por las calles, y por lo regular, no me percato de nada a mi alrededor, somos mis auriculares y yo en todo momento, así que no me importaba nada mas mientras caminaba por el largo boulevard que lleva al paradero de buses.

Al llegar al paradero no había persona alguna, estaba desierto, así que tome asiendo en una de las banquitas de por allí y me dispuse a esperar el bus mientras papaloteaba mirando a nada en especial.

Pasaron alrededor de cinco minutos, cuando volteé al lado contrario de la acera donde me encontraba cuando lo vi por primera vez, mi mirada encontró sus enormes ojos color miel, sus carnosos labios rojos que contrastaban con su perfecta piel lechosa.

 Es indescriptible lo que sentí en ese momento, era como si una descarga eléctrica recorriera mi cuerpo de pies a cabeza, sentí como mi flujo sanguíneo comenzaba a subir, y mis pupilas se dilataron paulatinamente rápido, dejándome pasmado viendo la naturaleza de aquél alto chico.

Toda esa mezcla de sanaciones que sentía, la podía percibir en los ojos de ese adonis, esa mirada duro alrededor de diez segundos, lo suficiente para apreciar cada detalle de su lindo rostro, de su cabellera castañola clara y su cuerpo perfectamente moldeado a mi gusto, debó confesar que me vuelven locos los chicos altos y con cuerpo fibrado, a pesar que el cumplía con esas cualidades, lo que de verdad me atrapo fueron esos diez segundos donde sin palabras, nuestras miradas hablaron, se conectaron de tal manera que podía sentir lo que el sentía, miradas que expresan tantos sentimientos que podrías jurar que conoces esa persona de siempre y que sin duda alguna es el amor de tu vida.

[GAY] Perdido en su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora