Capítulo 4

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*Paul*

Sabía que si Sofía se enteraba de donde iba acabaría muerto.
Aquel día, como cada sábado desde hace tres meses me dirigí a casa de Rafa.
Toqué al timbre y después de tocar unas cuantas veces más Rafa apareció con tan solo una tolla, dejando ver todo su torso al descubierto.
No es que Rafa fuera un chico... atractivo que se diga. Tenía algo de sobrepeso, llevaba el pelo siempre despeinado y los ojos rojos, haciendo honor a su apodo de "porrero" en el instituto.

-¿Qué quieres? -me dijo en tono irónico y con voz ronca.

- Ya sabes lo que quiero, no me vengas con tontadas, -le dije intentado no levantar demasiado la cabeza. Su aliento a porros me ponía enfermo. - dame 4.

-¿Cuatro? Antes me pedías menos, veo que te vas enganchando eh. -dijo riéndose - Toma, son 20€.

Le di lo que me pidió y me fui lo más rápido que pude de ahí. No quería que ningún amigo o conocido me viera.

Cuando creí estar lo suficientemente lejos de casa, decidí sacar el paquete y encenderme un cigarrillo que llevaba tanto tiempo esperando.

Nada volvió a ser lo mismo desde que mi mejor amigo, Sergio, murió hace tres meses en un accidente de tráfico. Tuve una depresión muy grave y esta mierda de cigarrillos me han conseguido ayudar como nadie, más que mi tía y mi hermana, que intentan hacerme la vida más fácil.
Sé que son una mierda, y que como Sofía se entere de esto no volveré a ver la luz del Sol.

Pero son mi única vía de escape por el momento, y aún no me veo capaz de volver a la realidad.

Se me olvidó decir te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora