Akatsuki no Yona ~ Fanfic I

» III. Deseo

III

Luego de reponer fuerzas en las montañas, el grupo decidió que era hora de reanudar el viaje. Debían obtener provisiones, y Yoon había decidido vender o intercambiar algunas hierbas medicinales que había ido recolectando en el camino. Aún tenían algo de dinero de la venta anterior, pero nunca estaba de más asegurarse. Al menos tenían lo suficiente para pagar por un lugar donde pasar la noche.

Yona y Hak actuaban con normalidad, como si hubiese un acuerdo tácito entre ellos. Sin embargo, para la princesa era bastante difícil mantener la calma mientras Hak caminaba a su lado. Estaban tan cerca que sus manos se rozaban una con la otra. Ella estaba realmente esforzándose para no tocarlo como realmente quería hacerlo.

A Hak le gustaba ver como la princesa reaccionaba a su cercanía. Notaba como en sus mejillas se había posado un suave rubor, notaba su pequeña mano rozando la suya, y como ella  se inquietaba con el solo hecho de que ambos caminaban juntos. En esos momentos realmente deseaba ver mucho más de ella. Entonces, inesperadamente, tomó la mano de la princesa, acariciándola con los dedos y disfrutando del leve estremecimiento de su pequeño cuerpo.

-H-hak -murmuró nerviosa. Luego él entrelazó sus dedos con los de ella. Sonrió complacido al ver como el rubor de sus mejillas se hacía aún más intenso que antes. Su corazón comenzó a latir con fuerza contra su pecho. La deseaba, la deseaba demasiado.

-¿Qué ocurre? -preguntó queriendo molestarla un poco más.

-No... no deberíamos -dijo mirando sus manos entrelazadas. Él miró también.

-Pero ya hemos caminado así antes -respondió él, inocentemente.

-Es diferente ahora, Hak.

-¿Diferente? -sonrió.

-Cuando estás cerca me pongo nerviosa -hizo una pausa-. Haces que se me acelere el corazón.

Él estaba acostumbrado a reprimir los sentimientos que tenía por la princesa, pero en ese momento no pudo controlar sus acciones. Tiró de ella hacía sí y la besó. No le importó que alguien pudiese haberlos visto, y solo se concentró en disfrutar de la deliciosa sensación del cuerpo de ella respondiendo a sus caricias. Al principio Yona se resistió, avergonzada de que alguien los descubriera, pero cuando Hak la estrechó con fuerza contra su cuerpo, perdió la capacidad de pensar con claridad. Aquellos labios se sentían demasiado bien como para que pudiese mantener la coherencia de sus pensamientos. Entonces lo abrazó, queriendo sentir cada parte de su cuerpo contra el de ella.

Ambos se deseaban mutuamente, tanto, que la situación estaba no muy lejos de salirse de control.

Un poco acalorados y un poco avergonzados, ambos se obligaron a separarse. Era la primera vez que Yona veía a Hak con las mejillas tan rojas. Era algo que no le desagradaba para nada.

Sentía los labios hinchados y las mejillas le ardían. Todo su cuerpo temblaba, y no podía dejar de hacerlo.

«Jamás pensé que estar así con Hak pudiese hacer que perdiera el control sobre mí misma. No puedo parar el temblor de mi cuerpo.»

Afortunadamente para ellos, parecía que nadie se había percatado de lo que había pasado. El grupo se había adelantado, y caminaban varios metros por delante.

Se alejaron un poco, tratando de calmar sus agitados corazones.

Hak luchaba por controlar el fuerte deseo que sentía hacia ella. En el pasado había logrado reprimir todo lo que la princesa había provocado dentro de él, pero nada se había comparado a lo que estaba sintiendo ahora. No estaba preparado para algo tan profundo y fuerte, un deseo que  le hacía sentir que todo su cuerpo le dolía. Quería tocarla, conocer cada parte de ella. Quería escuchar sus suaves y tiernos suspiros. Quería sentir los rápidos latidos de su corazón. Lo quería todo de ella, como también ansiaba darle todo de sí mismo.