» IV. Promesa

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IV


Yona se sentía torpe entre los fuertes brazos de Hak. Había dicho que quería tocarlo, pero solo se había limitado a suspirar por los besos que él le daba. La tocaba con tanta gentileza, que todo su cuerpo se estremecía dulcemente.

Al principio, Hak había logrado contener el absorbente deseo de tocarla como habría querido hacerlo, pero al ver cómo reaccionaba la princesa a sus caricias, y darse cuenta de que a ella le gustaba que la tocara, poco a poco su cabeza fue perdiendo la capacidad de pensar con normalidad. La besó una vez más en los labios y luego volvió a descender lentamente por su cuello, llegó otra vez a su clavícula y siguió bajando, besándola lenta y suavemente. Se detuvo allí, y después se apartó un poco de ella para poder mirarla. Sus manos, que en esos momentos acariciaban su cintura, comenzaron a subir por su brazo hasta posarse en su mejilla. Se miraron unos instantes en silencio, sonriendo, como si quisieran decirse todo con la mirada. Entonces, Hak se acercó y la besó en la frente, lenta y largamente.

-H-hak... -le llamó la princesa.

-¿Si? –susurró él mientras la abrazaba.

-Yo... -hizo una pausa, indecisa -. No sé qué debería hacer.

Él la miró, sin entender a qué se refería.

-¿Princesa?

-Dime Hak –le miró avergonzada- ¿Qué debería hacer?

Él se quedó en silencio por unos momentos, tratando de comprender qué era lo que la princesa estaba tratando de decirle, mientras su mano acariciaba despreocupadamente los cabellos de ella. Intentó calmar un poco a su agitado corazón y pensar con claridad. Le fue difícil, pero al final pudo recobrar un poco  la cordura. Yona lo miraba en silencio, esperando su respuesta. Miró sus labios, que estaban entreabiertos y un poco hinchados. Se veía preciosa. Luego miró su rostro sonrojado y sus ojos, queriendo encontrar en ellos la respuesta. Entonces ella puso sus manos alrededor de su cuello y susurró su nombre.

-Hak –se quejó suavemente.

Fue allí cuando comprendió y, con una sonrisa, la besó fugazmente en los labios.

-No te preocupes, princesa –dijo aun sonriendo-. No tienes que hacer nada. Solo con tenerte a mi lado es más que suficiente –dijo mientras que su mirada se volvía más intensa. La había deseado durante tantos años, que el solo hecho de que ella estuviera así con él esa noche lo hacía sentir más que satisfecho.


La besó intensamente en los labios, dejándose llevar por todas las emociones que estaban invadiéndolo en ese momento, y que eran tan fuertes que sentía que no podía retenerlos por más tiempo.

-Espera, Hak –protestó Yona, intentando no dejarse llevar por él otra vez. Entonces él dedicó una mirada que hizo que su corazón saltara agitado.

-Princesa, no tienes que forzarte a nada –le dio un beso en la mejilla-. Tú no...

-¡Hak! –lo interrumpió ella, tomando el rostro de él entre sus manos. Luego, un poco sorprendido, él se detuvo-. Sé que me dijiste que no debía hacer nada, pero yo... -se interrumpió, desviando la mirada, totalmente avergonzada.

-¿Princesa? –le instó para que siguiera. Ella volvió a mirarlo, sus mejillas le ardían, pero estaba decidida a decirle lo que pensaba.

-Quiero que me enseñes, Hak –le dijo con una mirada obstinada-. Y-yo quiero saber cómo.

«Demonios, ¿por qué tiene que ser tan linda?»

-Quieres que te enseñe a hacer ¿qué? –le sonrió juguetonamente. Él simplemente no podía evitar molestarla un poco.

Akatsuki no Yona ~ Fanfic IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora