Capítulo 2: Camaradas

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Caminaba por la arena hasta que descubrió que no había forma de salir de allí, toda la playa estaba rodeada por aquel increíble muro de piedra y tan sólo el agua tenía escapatoria hacia el horizonte. Gray se giró pero había caminado un buen rato, ya no podía ver a aquella chica tras él. Sus ojos se desviaron a la venda de su mano y sonrió, era una chica extraña. Sabía que él era un pirata pero no se había asustado, cualquiera se habría refugiado en el palacio poniéndose a salvo tras sus grandes muros y tras los soldados, pero ella no, ella le había ayudado.

Lo más seguro es que se hubiera ahogado en aquel océano si no hubiera sido por ella, le debía algo aunque no sabía qué podía hacer por una sirvienta del palacio, quizá nunca fuera capaz de devolverle el favor. Lo único que tenía claro en este momento era que siempre estaría agradecido a esa joven que le había devuelto a la vida.

Miró hacia todos los lados antes de juntar sus manos y crear un pasillo de hielo por encima del agua para poder bordear los altos muros de piedra y salir de aquella playa. Al llegar al otro lado, sus ojos se encontraron con la inmensidad de la bahía, al fondo se podían ver barcos atracados en el puerto, seguramente aquella noche la habían pasado allí para resguardarse de la tormenta, pero para los piratas, ningún puerto era seguro. Cogió su chaqueta que llevaba atada a la cintura y se la colocó tapando el tatuaje, no era nada bueno si alguien le identificaba como pirata.

Buscó por las playas por las que pasó algún indicio de dónde podía haber encallado su barco y su tripulación. Recordaba cómo había caído al agua intentando amarrar el velamen que se movía con violencia con el fuerte viento. Intentó evitar que las velas se rompieran y una inmensa ola golpeó contra el casco del barco lanzándolo del mástil al agua. Pudo escuchar a su compañero de aventuras, a su contramaestre Natsu Dragneel gritar su nombre y acercarse a la barandilla del barco tratando de cogerle, pero fue imposible, las olas golpearon con fuerza arrastrando el cuerpo de Gray hacia el profundo fondo del océano.

Gray trató de congelar toda esa masa de agua que lo hundía pero fue imposible, la oscuridad, el agua, las corrientes y aquella fría agua habían congelado sus huesos paralizándole. Pensó que debía estar acostumbrado al frío pero aún así... algo le hizo imposible salir a la superficie y se dejó llevar hacia la profundidad.

Caminaba por la arena hacia el pueblo, lo veía al fondo pero su cabeza no dejaba de pensar por qué no pudo congelar aquella agua sobre él y salir, tuvo muchas opciones, pudo pensar algo para salir pero no lo había hecho por algún motivo que no entendía. Menos mal que aquella chica estaba allí y lo sacó del agua.

Entró por la parte norte del pueblo viendo a la gente comprando algunas cosas antes de salir corriendo hacia sus casas. El vendaval aún no había pasado y los árboles se movían con fuerza, la arena de la playa se clavaba en los ojos de la gente y Gray tenía que caminar más con los ojos cerrados que abiertos.

A su paso veía cómo la gente se metía en sus casas y cerraban las persianas evitando el temporal, pero él seguía caminando, no tenía un lugar al que ir ni dónde refugiarse. Escuchó a unas madres llamando a sus hijos que corrían con unas espadas de madera peleándose y se detuvo en seco.

Recordó cuándo él era así de pequeño, cómo jugaba igual que ellos, cómo aprendió a manejar su magia de hielo, recordaba cuando creaba aquellas espadas de hielo para jugar y perfeccionar su manejo en las armas. Soñaba con ser guardia en el palacio real del Reino del hielo pero su padre necesitaba ayuda en el barco para pescar.

Sabía que necesitaban pescar para poder llevarse algo de comer a la boca, ellos eran la clase baja de la sociedad y su padre era una persona muy mayor, así que se ocupó de acompañarle todos los días para ayudarle en su oficio. Al menos nunca le faltó un plato caliente, ni una cama mullida, ni una manta, ni el cariño de sus padres pese a la dura vida que les había tocado vivir. Se enroló en un barco pirata cuando ambos fallecieron a causa de su edad y de las malas condiciones de vida que habían llevado y que habían deteriorado sus cuerpos. Acabó pasando de noble y honrado pescador a un "sangriento" pirata, todos decían eso de él pero era mentira, jamás había matado a alguien aunque los rumores decían que no dejaba nunca supervivientes. Tampoco intentó nunca quitar aquel rumor, le ayudaba a que nadie quisiera meterse con su tripulación.

El pirata de hielo (Fairy Tail, Gruvia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora