Capítulo 12: Audiencias.

315 29 0
                                    

Ultear miró la puerta de la antigua habitación de Gray sabiendo que su hermano no cambiaría de opinión. Quizá le preocupaba no sólo lo que le pasaba en este momento por la cabeza a su hermano sino también a su mejor amigo Natsu. Siempre habían estado ambos muy unidos pero esta situación les estaba distanciando, cada uno estaba tomando un rumbo diferente.

Natsu se había marchado de aquella maltrecha casa bastante enfadado con su mejor amigo, no podía creerse que se estuviera rindiendo a la mínima complicación, él jamás había sido así. Natsu se sentó en la proa del barco y miró el horizonte, todo estaba oscuro pero la luz proveniente de la luna se reflejaba en el agua. Apoyó las manos en las cuerdas que tenían como barandillas dejando sus pies colgando a cada lado y levantó la mano en la que llevaba la pulsera de Gray.

- ¿Serás tú de verdad, Gray? – se preguntó Natsu en un susurró.

Natsu había escuchado tantos rumores por todo el territorio del Reino del hielo sobre la leyenda del príncipe perdido. Nunca imaginó que pudiera tratarse de su mejor amigo, Gray siempre le decía que eran rumores, que ese chico seguramente estaba muerto. Ningún bebé habría podido soportar las bajas temperaturas de la noche en ese Reino. Al principio creyó a su mejor amigo pero a los pocos años... escuchó aquel rumor de que el Rey le había regalado a su hijo primogénito una pulsera con el emblema de la familia real impresa en ella. Ni siquiera quiso contarle aquello a Gray pero la duda le carcomió durante meses, hasta que decidió mirar la pulsera de su amigo un día mientras dormía. Tenía aquel emblema.

Gray se había vuelto un fugitivo en ese entonces, un pirata temido cuya cabeza tenía precio, así que Natsu simplemente se calló aquella información. Seguramente ni siquiera Gray sabría que él podía ser ese niño perdido que medio reino buscaba. Creía que era un niño de la calle, un huérfano al que unos pescadores acogieron en su hogar. Estaban ya tan lejos de su hogar ambos... que no creyó importante contarle lo que había descubierto, ni siquiera sabía si era verdad o no que él pudiera ser el príncipe perdido, el heredero al trono. Natsu sonrió al ver la pulsera.

- Un pirata convertido en príncipe... suena absurdo – susurró.

- ¿Qué haces aquí fuera a estas horas, Natsu? – escuchó a Laxus tras él. Natsu guardó la pulsera en uno de sus bolsillos.

- Mirar el mar.

- Hoy está en calma.

- Sí, es como la calma que precede a la tormenta. Ni siquiera el barco se mueve – comentó sonriendo al ver que no se mareaba y Laxus sonrió también. - ¿Qué haces por la cubierta? Creí que todos dormían.

- El capitán nos pidió que arreglásemos el barco, mañana al atardecer partiremos.

- Así que ha desistido al final del plan.

- Eso parece. He intentado persuadirle pero ya sabes lo cabezón que es.

- Sí, lo sé muy bien. ¿Podrías retrasar la salida unas horas? – preguntó Natsu.

- Puedo intentarlo. ¿Qué tienes en mente?

- Ir a hablar con el Rey.

- No te lo recomiendo, Natsu, si te encuentran por el palacio te ejecutarán, eres un pirata, indeseables para ellos.

- Lo sé, pero es la única opción que tenemos ahora mismo. Lyon no nos dejará marcharnos sin más y no podemos dejar a esa chica aquí después de lo que hicimos.

- Ya sé eso, Natsu, también quiero ayudar pero entrar en palacio es un suicidio.

- Entonces tendré que buscar una manera de entrar sin que me descubran.

El pirata de hielo (Fairy Tail, Gruvia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora