Capítulo 9: Noches

494 42 2
                                    

Gray la observó atónito frente aquella proposición. Era cierto que se moría de ganas de estar con ella, había ocurrido lo que jamás pensó que le ocurriría a él, se había enamorado pero como solía ocurrir... de la persona equivocada. Por un momento pensó en el futuro, ella tenía razón, todo acabaría en unas horas, en cuanto llegasen al Reino del hielo. Se dio cuenta entonces que no volvería a verla o al menos... no volverían a estar como ahora.

Miró por un segundo la hoguera encendida frente a ellos. Juvia que recostaba su espalda en el pecho de Gray, agachó la mirada también observando aquellos trozos de leña consumirse lentamente. Ambos sabían que aquella noche sería la última en la que estarían juntos, la vida les separaría inevitablemente después de aquello. Gray chasqueó los labios. Tenía tantas ganas de poder contarle todo lo que ocurría a esa chica pero no podía, no quería involucrarla más de lo que ya estaba por su culpa.

Sus ojos pasaron del llameante fuego al oscuro cabello de Juvia que brillaba con los movimientos de la hoguera. Pensó por unos segundos las palabras de la chica. ¿Podía realmente llevarse aquel recuerdo y estar tranquilo? No lo creía, sabía que cuando estuviera con ella se daría aún más cuenta que era la mujer a la que amaba y que su corazón terminaría de romperse cuando tuviera que despedirse de ella. ¿Era mejor llevarse aquel recuerdo o no? Esa era la gran pregunta que se hacía una y otra vez.

- ¿Tanto tienes que pensarlo? – preguntó Juvia sin apartar su mirada de la hoguera.

- ¿Crees que podría olvidarte después de esta noche? – preguntó Gray mirando también la hoguera de nuevo.

- No lo sé, lo que sí sé... es que yo no te olvidaré. Cuando piense en ti quiero recordar algo bueno, quiero poder ser feliz aunque sea sólo en mi pasado.

- Quizá te equivoques – comentó Gray – quizá encuentres otro amor más profundo que este que estamos viviendo, aún puedes ser feliz. Eres muy joven, encontrarás a alguien importante en tu vida.

- Ya lo encontré – susurró Juvia – y aunque la vida se interponga una y otra vez entre nosotros, mi corazón seguirá amándote. De verdad que eres un auténtico pirata – sonrió – ni siquiera me has dejado el corazón, te lo has llevado todo.

Gray colocó sus manos sobre los hombros de Juvia consiguiendo que ésta se girase hacia él sorprendida por aquel brusco contacto. No había hecho más que girarse, cuando Gray unió sus labios con los de ella. Era cierto que Juvia tenía algo de frío, sus mejillas se estaban tornando ligeramente rojas y sus labios estaban fríos, aun así, no era algo que disgustase a Gray en absoluto, estaba acostumbrado al frío y hasta le gustaba.

Su mente no dejaba de pensar si sería lo correcto o sólo sería otro error más en su desastrosa vida, el tiempo lo diría pero no podía dejar las cosas como estaban después de aquellas palabras de Juvia. Le habían llegado hasta lo más profundo de su ser.

No pudo hacer otra cosa que tripas corazón y entregarse por completo a aquella mujer a la que jamás volvería a ver en cuanto la dejase en el Reino del hielo, él ni siquiera quería quedarse allí, pondría mar de por medio y se marcharía lejos. Una de las cosas que jamás podría soportar sería ver a Juvia en brazos de cualquier otro hombre pero eso tarde o temprano ocurriría, era princesa. Seguramente se casaría con algún príncipe o incluso algún Rey. Al menos le quedaba el consuelo de saber que ella sintió lo mismo que él una vez en su vida.

Las manos de Gray bajaron por la cintura de la chica hasta rodearla por completo, tratando de acercarla un poco más a él mientras con su lengua pedía permiso para entrar lamiendo dulcemente aquellos finos labios. Juvia al sentir aquella sensual lengua, abrió la boca dándole paso a su interior, dejándose llevar los dos por aquel juego cómplice.

El pirata de hielo (Fairy Tail, Gruvia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora