Ricitos de Oro

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"Una niña entra a la casa de unos osos que habían salido a dar un paseo. Dentro del hogar prueba la leche que esta servida en tazones sobre la mesa, se sienta en los sillones, y se acuesta adormir en una de las camas de los osos. Cuando los osos regresan, la espantan y la niña huye por una de la ventanas de la casa"

En la versión de Eleanor Muir en 1831, la intrusa, no era una precisamente una niña encantadora de cabellos dorados, si no mas bien una anciana fea y malhumorada. Este cuento revela que después de que la vieja es descubierta, los osos la arrojan al fuego y luego intentan ahogarla pero al no morir en ninguno de los dos intentos, deciden empalarla en la aguja de un campanario.

Fin...

No Existe El Final FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora