Capítulo 4

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Lo siguiente que recordaba (o por lo menos, lo siguiente de lo que tenía conciencia) era que había abierto los ojos y que miraba una polvorienta lámpara de luz fluorescente en un techo que no me parecía conocido. La cabeza me dolía horrores, la garganta estaba tan seca como un hueso y no tenía esa sensación de "todavía no éstas del todo ahí" que te da cuando recién despiertas de un sueño muy largo. A pesar de todo, me sentía cansado. Tampoco tenía sueño ni estaba aturdido. De hecho, fuera de la sensación de "todavía no estas del todo ahí", me sentia despierto a un punto increíble.
Durante un rato no me moví ni hice ruido, sólo me quedé ahí inmóvil por completo, mirando la lámpara del techo, asimilando de manera irracional todos los detalles. La lámpara estaba rota de un extremo, el plástico viejo y maltratado, había dos moscas muertas boca arriba sobre el polvo...
Luego cerré los ojos y sólo escuché.
Podía oír tenues pitidos, algo que zumbaba y un suave golpeteo.
Al fondo también podía escuchar el murmullo de voces apagadas, un ligero crujido de puertas amortiguadas, el débil repiqueteo de un teléfono, el lejano sonido metálico de carritos de servicio...
Deje que los sonidos circularan con libertad y dirigí la atención hacía mí. Hacia mi cuerpo, mi posición, mi lugar.
Estaba recostado en una cama boca arriba. Mi cabeza descansaba sobre la almohada. Podía sentir algo sobre la piel, en la piel, bajo mi piel. Algo que subía por mi nariz, algo que bajaba por mi garganta. En el aire había un ligero olor a desinfectante.
Sin mover la cabeza abrí de nuevo los ojos y miré alrededor.

Estaba en una pequeña habitación blanca. Había máquinas junto a mí. Instrumentos, contenedores, suero, termómetros, foquitos LED. Varias partes de mi cuerpo estaban conectadas a algunas de las maquinas a través de una organizada maraña de tubos de plástico transparente: mi nariz, la boca, el estómago...otros lugares. Asimismo, una buena cantidad de delgados cables negros que salían de otra máquina, parecían estar conectados a mi cabeza.
Cuarto de hospital...
Estaba en un cuarto de hospital.
"No pasa nada", me dije. No hay problema. Éstas en un hospital, eso es todo. No hay nada de qué preocuparse.

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