Capítulo 3

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Siguió las indicaciones de Steve para entrar en la urbanización mientras Scott seguía haciendo preguntas sobre su padre y sobre otras muchas cosas, Steve ya no sabía qué hacer para que Aria se relajara, se notaba que era hermana de Danny, porque perdía los nervios muy fácilmente –Scott, ¿jugamos al veo veo? –preguntó Steve para ver si funcionaba, se escuchó un "zii" de fondo que relajó a Aria, pero habían llegado ya –Veo veo una cosita que empieza por la C –dijo Scott, Aria soltó una carcajada –No le ganes demasiado rápido ni demasiado tarde, no dejes que te pille fingiendo –advirtió Aria mirando a Steve, éste frunció el ceño y asintió.

Aria cogió su maleta y la de Scott para dejarla en el porche, las demás cosas y cuando Steve se bajó del coche frustrado por Scott no pudo evitar reírse de Steve -¿Te ha pillado? –preguntó la rubia alzando las cejas –Me acaba de soltar la charla de que las mentiras son malas y que no tendría que mentirle a un niño pequeño... ¡Me ha castigado a reflexionar sentado contra la pared! –exclamó mientras se rascaba la nuca acercándose a Aria para abrir la puerta de casa –Te dije que tuvieras cuidado –dijo mientras se seguía riendo. Se acercó al coche para coger a Scott en brazos –Steve está castigado –dijo con su dulce voz, Aria sonrió –Lo sé, ahora le obligo a que cumpla el castigo, peque –comentó mientras caminaba al interior de la casa, Scott pasó las manos por su cuello y apoyó la cabeza en su hombro con sueño.

Observó el salón -¿Hace cuánto que no viene una mujer aquí? –preguntó mientras quitaba unas cuantas camisetas del sofá –Deberías poner una lavadora –murmuró dejando a Scott en el suelo -¿Tienes sueño? –le preguntó Aria agachándose, Scott asintió bostezando sin quitarle ojo a su madre. Aria asintió, abrió los brazos y lo tumbó en el sofá –Toma, una manta, ahora subo y preparo las camas de arriba –dijo Steve tendiéndole una manta para Scott, Aria negó –No te preocupes, duermo en el sillón, tú duerme en tu habitación no quiero causar más molestias de las necesarias –dijo muy segura de sí misma, le colocó la manta a Scott y le dio un beso en la frente. Steve negó –No te voy a dejar dormir en el sofá al igual que no le voy a dejar a él, es cuestión de cabezonería y... Si eres como Danny ahórrate las molestias, soy más cabezota que tú –advirtió alzando el dedo, Aria alzó las manos, estaba cansada de pelear por un día y le dio la razón.

Steve asintió y dejó a Aria y a Scott, Aria se sentó en el suelo del salón, junto a la cara de Scott con las piernas cruzadas y comenzó a cantar una canción, Steve la observó desde la cocina con una media sonrisa en los labios hasta que Aria dejó de cantar no fue capaz de apartar la mirada de ella, de la escena, de la ternura con la que trataba a su hijo, se mordió el labio inferior y fingió hacer algo cuando Aria se levantó con cuidado para no despertar a Scott –Se durmió –dijo sonriendo –Oye Steve, ¿a tu novia no le va a importar que durmamos aquí? Es decir, Danny me ha comentado que sales con una chica y no sé si vive contigo o no, pero no sé si e hará gracia –murmuró sirviendo un vaso de agua para beber lentamente.

Steve soltó una pequeña carcajada y negó –No, ella y yo no estamos en nada serio, no es algo que tenga límites ni deje de tenerlos, es algo como amigos que se gustan de más, es raro – murmuró negando con una sonrisa, Catherine era una persona muy importante en su vida pero... Él no la veía como la mujer de su vida, él no la veía como una chica con la que pasar toda la vida. Aria asintió y se colocó el pelo hacia atrás –Bien, dame sábanas y te hago la cama de tu habitación, no quiero molestar más –murmuró saliendo de allí, Steve la condujo hasta un armario y subió junto a ella para ayudarla. Deshizo la cama en la que él dormía y Aria extendió todas las sábanas colocándolas lentamente –Entonces... ¿te quedas aquí? –preguntó mirándola con precaución, ella asintió –Sí, en Nueva Jersey iba a tener que responder a demasiadas preguntas, sé que tarde o temprano me tengo que enfrentar a la realidad pero... Necesitaba huir y darme un respiro como has visto Scott es bastante insistente –murmuró poniendo una mueca de dolor -¿Estás bien? –preguntó Steve alzando una ceja preocupado, Aria negó.

-Creo que en uno de los golpes una costilla se me partió y... No he tenido demasiado tiempo de acercarme al hospital –musitó sentándose con cuidado sobre la cama, Steve la observó –A ver, levántate la camiseta para que te lo mire –Aria asintió y se deshizo de la camiseta de manga corta que llevaba, Steve no pudo evitar no mirar su cuerpo para fijar luego la vista en su costado derecho, lo tenía amoratado, además de varias partes más, Steve tuvo que cerrar las manos con fuerza para no decir ninguna burrada aunque le faltaban ganas para acabar con ese hombre –Sí, me temo que está partida, si quieres te acerco al hospital... -musitó tocando la zona inflamada, Aria se quejó y luego negó –No quiero dejar a Scott solo aquí y tampoco quiero que tengas que quedarte con él mientras yo voy, mañana le digo a Danny que se encargue de él un rato y me acerco –aseguró, Steve suspiró pero asintió, no quería que la chica discutiera más con él.

Aria se levantó para ir a por Scott pero Steve se lo impidió –Tranquila, yo lo subo –aseguró el hombre saliendo de allí, Aria aprovechó para coger una toalla y ropa para cambiarse y se metió en el baño, abrió el grifo de la ducha y dejó que el agua cayera por su cuerpo durante varios minutos, el agua caliente le aliviaba bastante. Salió de la ducha envuelta en una toalla y Steve entró en el baño justo cuando ella se estaba secando el pelo -¡Perdón! Pensé que habías acabado, no estoy acostumbrado a vivir acompañado, perdón –se tapó los ojos levantando las manos, Aria sonrió –Tranquilo, coge lo que necesites no se me ve nada –murmuró tapándose bien con la toalla, Steve salió zumbando de allí mientras negaba, no paraba de fastidiarla con la chica. Al cabo de un rato Aria se había metido en la cama con Scott y Steve seguía danzando por la casa –Buenas noches Steve –se despidió la chica con cansancio dejándose caer sobre la almohada. Scott dormía plácidamente y Aria también se durmió en seguida, Steve la observó durante unos segundos y luego se aseguró de que ambos estuvieran bien tapados y durmió en el sofá con una manta por encima, más incómodo de lo que podría estar en cualquier lado, pero no iba a dejar que durmiera Aria ahí. Steve se durmió pensando en Aria y sin saber por qué narices estaba pensando en ella, sin saber porque la escena de ella cantándole a su hijo aparecía en su mente, o más bien, no salía de ella.


Quizás esta vez (Hawaii 5.0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora