Cap. 17

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No supo que hacer, o que decir, y se quedó parado desnudo frente a ella, que seguía mirandolo aún más sorprendida que antes.

¿Como había sido tan descuidado?

Primero que todo no debió sacarse la peluca y dejarla tirada por ahi, no debió meterse al baño, sin su ropa y no debió dejar la puerta abierta de la habitación, así habría oido entrar a ________.

Trató de desviar la mirada de ella, y se dio cuenta que debía ponerse la toalla. La recogió rápidamente del piso y volvió a amarrársela

—¿Quién eres? -volvió a preguntar ella- ¡Dime porque te juro que te sacó de aquí a patadas, si no me respondes! -exclamó ella.

—Ya, ya no grites -trató de parecer calmado ante la situación- Te explicaré todo, pero cálmate -agradeció volver a usar su voz de hombre, y no la tonta voz de chica.

—¡Como quieres que me calme!, si hay un hombre, aquí en mi habitación, bañandose, y -se detuvo un momento para observar la peluca que llevaba entre sus manos, levantó la mirada y supo todo- ¡Tú eres Kate! -exclamó horrorizada.

—Si lo soy -aseguró abatido, ¿debía mentirle?, claro que no, algún día sabría la verdad, pero no se había esperado que fuera tan pronto- Yo, yo me vestí de Kate, para entrar aquí

—¡Eres Gay! -fue primeramente lo que se le ocurrió a ella, al oír tan descabellada idea, de que un hombre se vistiera de mujer para entrar a un instituto

—¡No! -exclamó él- Claro que no -negó rápidamente

—¿Entonces porque te disfrazaste de Kate? -dijo confundida

—Es una larga historia -se sentó en la cama, ignorando el hecho de que aún no se vestía- Yo -suspiró era la hora de la verdad- Me infiltré aquí, si así podría llamársele, para vigilar a mi novia

¿Vigilar a su novia?, ¿quien sería su novia?

Lo observó con la mirada perdida, en algun punto de su cuerpo.

El cabello castaño, se le hacía muy conocido, y aquellos ojos color avellana, daban la sensación de estar en el paraíso, ¿dónde lo había visto?

Su piel, se veía suave...como su espalda

¡Era el novio de Leah Collins!

—Oh mi dios -murmuró- ¿Tu eres el novio de Leah? -le preguntó y James se preguntó si se había acordado, a cuando lo besó borracha en la fiesta, de la semana pasada.

—Si -murmuró- Soy su novio y estoy tratando de averiguar, lo que me esconde.

Entonces todo encajó como un puzzle de niños, la cercanía con Leah, sus actitudes extrañas, sus tan repentinos cambios de voz.

Recordó la caricia que sintió hace algunas noches, los suaves dedos que se asemejaban a la suavidad de su espalda. Tambien recordó la vez que lo vió en su auto, tan sensual, tan guapo. Recordó como Leah se había acercado a él, y lo había besado.

Pobre chico, pensó.

Leah le estaba mintiendo terriblemente, y él estaba ahí tratando de averiguar algo que tendría que ver con sus propios ojos.

Sintió rabia hacia ella, y con todo lo que había sucedido, durante estos días. Volvió a observar al chico o mejor dicho hombre, un hombre muy formado y se le ocurrió una proposición para su beneficio.

Sonrió ante la idea, mataría dos pájaros de un tiro, como se decía vulgarmente.

—Eso es ilegal ¿sabes? -dijo con voz melosa.

Instituto de chicas- James Maslow y tú "Adaptada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora