Cap. 62

854 63 1
                                    

La puerta del baño se cerró y ella volvió a mirar su cama.

Pensó un momento observando su maleta y se preguntó que se le estaría quedando.Tenía ese leve presentimiento que algo se le quedaría en el instituto, pero repasaba y repasaba todas sus cosas y nada. Hoy por fin era el día, que había estado esperando hace meses. Por fin hoy le habían dado su certificado y diploma de graduada. Todo el esfuerzo y sacrificio, había tenido una recompensa, sus notas habían subido notablemente, y en todas sus materias logró todo lo que el año pasado había desperdiciado por su propia voluntad.

Y ahora estaba ahí terminando su maleta, su padre ya la recogería y festejarían felices en algún restaurant.

—Me dejarás sola -murmuró Nay al salir del baño- Eres mala, yo que fui tu compañera por casi cinco años -dramatizó.

—Lo siento Nay -cerró su maleta- Me ha llegado la hora -Bajó la maleta de su cama, tomó su bolso y se lo colgó- Te voy a extrañar mucho boba.

—Yo igual -se adelantó y la abrazó- Aunque supongo que nos veremos afuera ¿no? -preguntó Nay.

—Claro que sí -se separó de ella- Siempre y lo sabes Nay -le sonrió.

Recibió el mensaje de su padre, que ya estaba afuera y sonrió nostalgica. Dejar esa habitación le daba bastante pena, ahí había vivido momentos tan importantes que no sería facil que los olvidara, ¡Jamás olvidaría nada! ya que ahí conoció a Kate Benson, a la intrigante Kate...

Salió de la habitación arrastrando su maleta, se despidió de algunas chicas y recorrió el campus. Una que otra chica la felicitó por ser graduada y ella les agradeció, otras chica la miraban con envidia, ya que ellas seguirían ahí con los fastidiosos profesores, pero ella se lo merecía, horas hasta tarde estudiando de verdad...lo merecía, mientras se acercaba a la portería pudo darse cuenta de una mirada especial. Leah Collins la miraba apoyada sobre un muro, tenía sus brazos cruzados y la observaba detalladamente. ______ le sonrió ultimamente ella había estado rara, se había cortado el cabello muy corto demasiado, se vestía de manera diferente y por lo que había escuchado en los pasillos, por fin se había liberado gritandoles a todo que era lesbiana y le encantaban las mujeres. Incluso había escuchado que hasta sus padres sabían y estaban en terapia o algo así por el inmenso castigo que Dios le mando, rió tanto al escuchar eso. Lo cierto era que Leah no le había vuelto hablar a ella, sólo para temas triviales y lo hacía con un buen tono...se notaba que estaba muy cambiada. Su ex mejor amiga le devolvió la sonrisa y la saludó con la mano. Luego ella siguió su camino, se despidió por ultima vez del instituto y se dirigió al auto de su padre.

—¿Como esta mi graduada favorita? -dijo Andrew mientras conducía- ¿Emocionada?

—Muy bien y sí estoy algo emocionada, por fin dejaré de ir a la escuela -rió- Soy toda una niña grande.

—Has crecido tanto -carcajeó su padre- Iremos a almorzar.

—Esta bien -ella asintió y comenzó a mirar por la ventana.

¿Como era posible que su vida hubiera cambiado tanto de un tiempo a otro?

Antes era la tipica chica ruda que le encantaban las fiestas y los chicos, estaba enojada con su padre y ni si quiera tomaba en cuenta a Kristinne su madre. Odiaba a Leah y despreciaba todo. Pero todo comenzó a cambiar con la llegada de la exuberante Kate Benson. Desordenandole la mente y más tarde las hormonas. Que James Maslow llegara a su vida era una señal del destino para que cambiara, con dolor y esfuerzo aprendió a perdonar, pedir perdón y sonreír de verdad. Ya no estaba enojada con Andrew Graham, respestaba a su madre, no era una chica que estuviera de fiesta en fiesta y sin querer se había enamorado. Cosa que nunca pensó que llegaría a suceder, pero tambien había aprendido a que el amor llega cuando uno menos se lo espera. Y así como había llegado, así debía irse ¿no? La mierda idea de ser amigos, había surgido como ultimo pretexto para que que aquel chico reaccionara y se le declarara como en las peliculas. Pero con James no funcionaba aquello, él no había entendido el mensaje oculto y había aceptado la idea ingenuo.

Había esperado unos días para ver si sucedía algo, las rosas azules habían sido un detalle tan hermoso que pensó que él se le declararía , pero no sucedió nada, por lo que se había resginado simplemente.

Lo amaba, joder como lo amaba pero él parecía no notarlo ni si quiera se inmutaba.

—Esperaremos a tu madre, ¿esta bien? -dijo el.

—Bueno -ella se sentó frente a su padre y suspiró.

Mientras escogía que comer, Kristinne llegó, saludó a ambos y se les unió sentandose tambien.

Comieron felices como una familia como lo que eran simplemente, pero cuando llego el postre Andrew quizo hablar.

—______ -la llamó y ella lo miró- Queríamos decirte con tu madre -tomó la mano de su esposa- Estamos muy orgullosos que te graduaras, de que subieras tus calificaciones, has sido grandiosa este ultimo tiempo hija, estamos sumamente orgullosos de ti cariño-le sonrió.

—Gracias papá, con esfuerzo todo resulta -los miró a ambos- Ahora ya no estare fastidiandolos ni nada eso.

—Y bueno -esta vez habló Kristinne que miraba a su esposo- Con tu padre hemos tomado una decisión.

—¿Cual es esa? -sonrió emocionada, quizás le regalarían algo, como un pequeño apartamento, o algo por el estilo.

—Decidimos que volveremos a nuestra vida de antes -ella frunció el ceño- Ahora que estas graduada podemos volver a nuestra casa en Wisconsin, volver a nuestra tierra -él le sonrió entusiasmado- ¿No te agrada la idea de volver?

—Si me agrada -murmuró aun asimilando todo- Pero ustedes quieren que yo estudie allá y todo eso ¿cierto?

—Claro -siguió hablando su padre- Pero bueno, si no quieres volver, te podrías quedar aquí cuidando de la casa -sencogió de hombros- Pensé que te agradaría volver, pero si tu quieres quedarte es decisión tuya cariño

________ lo penso, volver a Winsconsin o quedarse ahí, ¿que la ataba ahí? tenía amigos con los que podía comunicarse, pero nada más, James no le ofrecía nada como para que ella tomase la decisión de quedarse además hace mucho no visitaba su antigua ciudad...

—No te preocupes padre -le sonrió- Vuelvo con ustedes.

Instituto de chicas- James Maslow y tú "Adaptada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora