Prólogo

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  El último año del instituto no se veía tan fácil, sabía que en menos de un año empezaría la universidad y quizás intentaría de rearmar mi vida, tenía esperanzas de que esta vez me iba a ir un poco mejor, con más sonrisas y menos tropiezos.
  Pero no todo es como uno se lo espera, aunque de lo que si estoy muy segura, es que mi vida no volvió a ser como era, las historias que he leído de romance y demás, quedaron cortas conmigo. Jamás me espere nada de lo que les contare a continuación.
Amores, desamores, amistades y enemistades, todo lo que se puedan imaginar me ha ocurrido en tan solo terminar el instituto, quien lo diría que la aburrida Cloe iba a vivir un fantástico viaje.
Siempre creí que mi amor iba a pertenecer a August, pero la curiosidad por lo prohibido se apodero en el interior de mí ser y lo que yo esperaba no estaba ni cerca de la realidad.
Yo no tenía ni idea que mi madre iba a lograr conseguirme una beca en la universidad de Washington, aunque me ha puesto muy feliz aquella noticia, sabiendo lo que a ella le ha costado y el gran esfuerzo que hizo por mí, pero como no, mi madre no se daba por vencida ni en mil años de intentos, es una de aquellas típicas mujeres que no se permiten salir de su casa sin maquillar y arreglar aunque vallan a comprar un poco de pan, el aspecto era algo muy importante en la vida de un mujer para ella, el estar siempre presentable ante cualquier ocasión. A mi mucho no me interesaba eso de andar mal gastando mi tiempo en algo que nadie prestaba atención, o eso creía yo.
  Pero tengo un secreto, un secreto que me hace distinta a los demás, un secreto que hizo de mí alguien que nunca pensé ser.



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