Capítulo 17

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Cloe



  Llego a mi habitación y me encuentro con una rubia de pelo corto hasta los hombros, voltea al mismo tiempo que cierro la puerta.
-Hola soy Eli, supongo que vos sos Cloe.- Me sonríe mientras me tiende la mano.
-Así es, mucho gusto, ¿Hace mucho estas acá?
-Solo hace unos veinte minutos. ¿Te molesta si uso el armario?
-No claro que no, acomodé mi ropa del lado izquierdo.- Me esboza una sonrisa.
-¿Qué estudiarás?- La interrogo.
-Arquitectura, ¿Vos?
-Medicina.
Comenzamos a hablar un buen rato mientras terminaba de acomodar sus cosas y yo terminaba de guardar algunas que me quedaron sueltas. Parecía una chica muy agradable y algo tímida pero pronto entró en confianza. Sin darme cuenta ya eran las siete y media.
Me había olvidado por completo la cita con Evans. Siento un cosquilleo en mi estómago al recordarlo.
-Oh me tengo que ir a duchar que en un rato me iré.- Le aviso a mi nueva amiga mientras agarro mis cosas para irme a la ducha.
-¿A dónde irás?- Me mira de reojo mientras dobla su remera.
No sé qué decirle, si la verdad o mentirle al respecto de Evans. Me decido por la verdad.
-Em, me vendrá a buscar un amigo para ir a cenar.- Me sonrojo.
-Así que tienes novio he.- Me da un golpecito en el hombro.
-No es mi novio, es...-Busco las palabras pero no las encuentro.
-Es tu novio. ¿Es guapo?- Levanta una ceja.
-Muy guapo.- Me tapo la boca ante mi declaración.
-Sabía que era tu novio.- Se ríe.
-Vale, no es mi novio solo nos hemos besado y bueno, aún no somos nada.- Me encojo de hombros.
Me quedo pensando en la palabra que utilicé, "aún no somos nada", a que viene ese aún, me regaño. Era lógico que Evans jamás querrá tener una novia, no es de esos chicos que uno lo ve de la mano enamorado de su chica. De hecho me encantaría ir de la mano con él y presumirlo con cada zorra que se me cruce, sabiendo que es mío.
-Hola, llamando a tierra a Cloe.- Me despierto de mis sueños.
-Disculpa. Me iré a duchar ya vengo.
Me decido por agarrar un vestido rosa claro con encaje y unas sandalias negras. Las llevo conmigo al baño así ya estoy lista.
Una vez duchada me maquillo y el pintalabios rojo me llama la atención para mis labios, siento que es demasiado pero aun así quiero ponérmelo. Desde que conocí a Evans, me comenzó a importar más mi imagen y me atrajo más la idea del maquillaje.
-Estás preciosa.- Me acomoda el pelo Eli mientras yo le dedico una amplia sonrisa.
Estoy muy nerviosa, no sé qué sucederá esta noche, y me emociona mucho la idea de volver a verlo.
Tocan la puerta y me sobresalto mientras miro a Eli.
-Que te diviertas Cloe, saldrá todo bien.- Por las palabras que utilizó deduzco que mis nervios son muy notorios.
Salgo y ahí está, con sus vaqueros negros y una camisa azul claro, su pelo seguía igual de despeinado y se lo agradezco, le queda tan sexy.
-Hola preciosa.- Me sonríe de una forma muy seductora.- ¿Estás lista?- Asiento.
Nos dirigimos hasta su auto mientras podía sentir como no sacaba la mirada de mí. Me abre la puerta del acompañante y me siento muy alagada ante ese gesto.
-¿Dónde iremos?- Le espeto.
-Es sorpresa. Espero que te guste.- Apoya su mano sobre mi muslo, pensé en retirarla pero me gusta sentir su tacto y me gusta ver su mano ahí.
-Vamos, quiero saber.
-En media hora lo sabrás.
-¿Media hora? Eso es mucho tiempo.- Hago puchero.
-No me hagas ese puchero o te comeré la boca y no quiero arruinar ese bonito pinta labios, que por cierto te hace ver muy sexy.- Se relame la boca y yo no puedo evitar sonrojarme.
Me recuesto en el asiento poniéndome de costado mientras no dejo de observarlo. No es posible que alguien pueda ser tan perfecto, ese lunar que tiene en el cuello me hace dar ganas de levantarme y lamérselo.
-¿En qué piensas?
-En que me gusta el lunar de tu cuello.- No puedo creer que he dicho eso.
-¿Nada más te gusta?- Me coquetea y le doy un golpecito en el hombro y sujeta mi mano.
-Ya sabes lo que sucedió la última vez que hiciste eso.- Me sonrojo pero no aparto la mirada de él.
-Ya llegamos nena.- Cuando estoy a punto de abrir la puerta me detiene y va corriendo para abrírmela él.
-Estas muy caballero hoy.
-Así soy con las chicas bonitas.- Me giña un ojo y juro que me derretí.
Nos adentramos al lugar y me quedé sin aliento, es hermoso, tiene unos detalles preciosos y es muy moderno, se puede notar a simple vista que es carísimo.
-¿Qué tal te gusta?- Me sonríe.
-¿Qué si me gusta? Me encanta, es precioso Evans, no teni...- Me interrumpe poniendo una mano en mi boca.
-Sí que tenía, ven.
Una chica con el pelo recogido se nos acerca y nos dirige a nuestra mesa luego de que Evans le haya dicho su apellido.
-Por aquí señores.
Una vez que se ha ido me dirijo a Evans.
-En qué clase de cosas andas que tienes tanto dinero.- Le espeto.
-No ando en ningunas cosas.- Se ríe.- Mi padre tiene mucho dinero y trabajo en una editorial.
-Ah, no lo sabía, se te han escapado algunas cosas cuando nos conocimos.
-Es verdad, pero ahora tendremos tiempo de sobra para ponernos al tanto con las cosas que nos faltaron.
Se acerca la misma chica de antes y nos pregunta que queremos de cenar.
-Queremos la especialidad del día.- Contesta por los dos.- Te va a encantar.
Me molesto un poco porque no me ha dejado elegir, no es que sepa con exactitud lo que quiera, pero no me gusta que decidan por mí. Una vez que se fue la chica me dirijo a Evans.
-Lo siento.-Lo agarro por sorpresa.
-¿Por qué?- Me mira extrañado.
-Por no atenderte ni darte explicaciones.
-Oye.- Me toma de la mano.- No tenías por qué hacerlo, lo comprendo por completo.
-Es que no lo entiendes, quería hablar con vos, pero me sentí terrible al saber que no volveré a verte.- Me calla nuevamente.
-Ahora ya me tienes, y te juro que no me iré nunca ni cometeré nuevamente el error de dejarte ir con tanta facilidad.- Largo un suspiro.
-Gracias.- Lo miro atentamente.
Llega la camarera con la comida y me alegro por haber dejado elegir a Evans, huele riquísimo.
-¿Qué tal?- Me espeta mientras le doy un mordisco y con la boca llena trato de contestar.
-Está riquísimo.
Era carne con un tuco riquísimo y panceta, tenía unas papas alrededor que hacía que sea más rico.
-Sabía que te gustaría.
Acerca una mano hacia mi boca y me limpia un costado mientras pasa el dedo suavemente por mis labios y no puedo evitar lamérmelos.
-Estás preciosa.
-Gracias, tú también.
-No puedo evitar pensar que la última vez que te vi así de hermosa fue la vez que salimos a cenar con los chicos.- Su mirada se profundiza y no puedo evitar sonrojarme al recordar esa noche.
Pedimos el postre y al terminarlo pagó la cuneta, esta vez no le discutí, sabía que no me iba dejar pagar.
-Creo que dijiste que esta vez pagabas tú.- Me pincha y abro la boca sorprendida.
-Disculpa señor pero fuiste tú el que me invitó a cenar y yo ni si quiera he dicho que sí.- Larga una carcajada.
-Así que no has dicho que sí, pues qué haces aquí entonces.-Se ríe aún más y yo me sumo a su risa.- Ven hay un lugar más que quiero mostrarte.
Nos detenemos en lo que parece ser una especie de campo pero no logro ver bien a causa de la oscuridad.
-Ven.- Me toma de la mano y puedo ver una laguna.
-¿Qué es este lugar?
-Me gusta venir aquí a veces, venía con mi padre a pescar.- Hace una mueca.
-Es muy lindo Evans.
Me gira de la cintura y se queda mirándome fijamente, puedo sentir como mi pulso se acelera, mientas acerca su boca a la mía y como dos hambrientos nos devoramos uno al otro dejando que nuestras lenguas se junten y se toquen suavemente.
-Te extrañe nena. Fue un sufrimiento no tenerte. No sabes lo que desee besarte.-Dice jadiando.
Esta vez yo acerco mi boca hacia sus labios y lo tomo del pelo mientras él me coge de los muslos y cruzo mis piernas alrededor de su cintura. Tiro de su pelo sabiendo lo que le causa y larga un gemido.
-Te quiero.- Le digo inconsciente deseando que no me escuche, por suerte no me contesta.
Se dirige al auto y abre la puerta dejándome en el asiento de atrás recostada, mientras con la poca luz que hay puedo ver como se quita su camisa y vuelve a recostarse encima de mí.
-No puedo sacarte ese vestido.- Largo una carcajada y lo ayudo a desvestirme, se detiene por un rato observándome.
-Sos perfecta Cloe.
Se saca los vaqueros dejando toda nuestra ropa debajo del asiento y busca un condón en sus pantalones.
-Trajiste un condón ¿Ya sabías que lo ibas a hacer?
-¿Qué? No, claro que no, siempre traigo uno por las dudas.
Claro, tiene sentido, un chico como Evans hace que todas las chicas lo reciban con las piernas abiertas, pero aun así se sintió raro.
Me coloco arriba de él haciendo que se adentre en mí y largo un suspiro de satisfacción. Comienzo a menear mis caderas mientras él me agarra con fuerza la cintura.
-Me encanta verte arriba mío.- Gime y yo me muevo más rápido.
Me detiene y extrañada me da vuelta y se coloca arriba mío mientras comienza a penetrarme. Se siente tan bien, puedo ver como se le tensan los músculos del abdomen. Se acerca y me besa el cuello mientras me tira del pelo y largo un gemido.
-Estoy a punto de llegar nena, quiero que sigas tú.- Me obliga y me coloco arriba de él.
Me gusta sentir como tengo el control de su cuerpo, como soy yo la causante de su satisfacción.
Comienza a levantar sus caderas y yo aumento mis movimientos y con ellos se escuchan nuestros gemidos más fuertes.
-Me encantas nena.- Ruje en mi oído y hace que me corra alrededor de él.
Unos segundos después se corre él, y jadiando me bajo y me coloco a un costado.
-Extrañaba sentir tu cuerpo.- Le digo y siento como me ruborizo.
-Yo también nena, extrañaba sentir tu calor.
Se apoya arriba de mi pecho mientras me acorrala con un brazo. Se siente muy agradable tenerlo acurrucado enzima mío.    


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