Capítulo 9

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      El día ha sido algo raro, a August le siguen llegando llamadas que atiende lejos de mí. Sinceramente en este momento no me interesa mucho las llamadas que le hagan, no saco de mi mente a Evans y en lo fatal que se debe estar sintiendo, si es que se siente fatal, yo lo estaría, por no decir que lo estoy. En estos días siento que en cada momento me hago más dependiente de él, quiero sentir sus caricias en mi piel y su lengua rosando cada parte de mi cuerpo, maldita sea, hace que mi cuerpo tiemble con solo pensar en todo lo que me puede hacer.
Le llega una llamada más a August y en ese momento decido ir a buscar a Evans. Salgo al pasillo y le mando un mensaje para preguntarle donde está. Se tarda unos minutos en contestarme hasta que al fin llega ese esperado mensaje: Estoy en la cafetería de la otra vez.
Busco mi bolso avisándole a August que ya volvía, este parece no notarlo, así que agarro mis cosas y me dirijo en busca de mi príncipe.
En el trayecto pienso en lo raro que actúa August, y en qué le diré a Evans y dios todavía no le he dicho nada a August sobre lo que ocurrió con Evans. Esto es realmente un gran lío.
Llego a la cafetería y mis ojos buscan desesperadamente a Evans. Mi mirada se detiene y puedo ver una melena castaña en la mesa de la otra vez, tendiendo entre sus manos Orgullo y prejuicio, se me parte el corazón al verlo sentado solo en el mismo sitio.
-Hola.- Digo tímidamente.
-¿Qué quieres?- Su voz es fría y dura haciendo que mi cuerpo tiemble.
-Lo siento, no quise que vieras eso.
-Pero lo has hecho. De todos modos que importa, es tu novio ¿o no?- Levanta la vista para ver mi reacción.
-Lo sé pero aun así no deja de ser injusto para vos. Yo...
-Vos qué, vamos termina la frase.
Me quedo en silencio sin poder decir más nada. Su mirada esta oscurecida y puedo ver como sus nudillos se marcan por la fuerza que agarra el libro.
-Nada yo solo quería decirte que no quiero que te enfades.
-Entonces dile, dile Cloe lo que te hago sentir, dile que me necesitas.- Deja el libro y me mira con tristeza en aquellos ojos azules.- Dile o no vengas más a buscarme y no esperes a que haga de cuenta que nada ocurrió, porque sabes muy bien que lo de anoche fue más que sexo. Sé que sentiste lo mismo que yo.
-Yo, yo no sé qué hacer.- Confieso y bajo la vista.
-Si sabes, pero la verdad es que estas tan inmersa en pensar en vos que te olvidas del daño que le haces a los demás. No lo comprendes nena, no quiero que estés con él. Puedo dejar cualquier cosa con tal de estar a tu lado, pero no podemos estar de a tres.- Agarra mis manos con fuerza.
-Nunca nadie me ha hecho sentir tan bien como lo hiciste tú.- Le confieso.- Pero solo nos conocemos hace un par de días y a August lo conozco hace años.
-Me conoces hace un par de días y ya sentimos que nos conocemos desde toda la vida. ¿A caso eso no vale más que todos esos años desperdiciados que llevas con tu novio?
-No lo sé Evans. Que aré cuando comience a estudiar.
-Me trasladare contigo. Nena solo dime que lo dejarás y te prometo que todo lo demás será arreglado.
-No lo entiendes. Aun lo quiero, no puedo tirar a la basura nuestra relación así como si nada.
-Entonces vete.- Retira su mano de la mía y el brillo de sus ojos se apaga.
-Por favor, entiéndelo Evans.
Ya no me dirige la palabra y tampoco me observa. Siento como el alma se cae a mis pies y trato de contener las lágrimas. Agarro mis cosas y me marcho dándole una última mirada al que me robo mi corazón.
De camino no entiendo como pude enamorarme de esa forma de un hombre que apenas conozco. Mientras que las lágrimas recorren mi rostro, dejo que el aire fresco haga algún milagro.
Amo a August hace mucho tiempo, de niños nos la pasábamos juntos yendo a todos lados. Fue mi mejor amigo desde entonces, pero era notorio que el tiempo ha borrado algunas sonrisas, cada vez lo sentía más distante y ahora me viene con esas llamadas extrañas cuando conmigo no era capaz de atender el maldito teléfono. La rabia cobra vida en mí y le agradezco por opacar la angustia que siento.
Cuando vuelvo al cuarto me encuentro a mi supuesto amado dormido en la cama. Parecía un ángel, pero así es, solo parecía. Me acurruco bajo sus marcados brazos y dejo que el sueño se apodere de mí.
Porque cada cosa que amo tiene que alejarse de mí, porque no se queda ahí sin escaparse. Las palabras de Evans quedaron resonando en mi cabeza y cada vez las veo más convincentes.
La vibración del celular de August me despierta de mi casi sueño, me asomo para leer quien le ha mandado el mensaje y leo el nombre de Emily. Todas mis sospechas se esfumaron y el odio recorre mi cuerpo dejando de sentirme culpable por haberme acostado con otro y yo que casi arruino todo con Evans.


Perdón por hacer cortos estos capítulos. Los próximos serán más largos. Por favor comenten :)


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