A escondidas ~Daniel Oviedo~ {Acabada}

~Prólogo~

5 de mayo de 2016 (Sevilla) 23:50

Coloco cuidadosamente cada prenda en la maleta dejando espacio de sobra para la bolsa de aseo y las mochilas que mi nuevo marido llevará. Él se encuentra en el cuarto de baño, mientras yo me pongo cómoda en la pequeña habitación rosa de hotel. La frase que minutos antes había pronunciado Iván retumbaba en mi cabeza una y otra vez, provocándome un intenso dolor "Noche de bodas, nena, ya eres mía" Juro que si pudiese haber dicho que no en medio del altar ahora mismo no tendría miedo de mi esposo. Es más, tengo 16 años, no debería estar casada aún.

El chirrido de la puerta del cuarto de baño se oye a apenas pocos metros de distancia y noto como mis músculos comienzan a tensarse ante aquellos firmes pasos.

- María, ¿de qué tienes miedo?- susurra Iván acariciando mis brazos.

- De... de ti...- logro decir tartamudeando.

Claramente necesito encontrar a alguien mejor...

5 de mayo de 2016 (en otra parte de Sevilla) 23:53

- Daniel, cariño, tienes que salir con tus amigos.

- No mamá, tengo que estudiar, no entiendo el tema 9 de biología y tengo el examen dentro de tres semanas- reniego colocándome mejor las gafas y volviendo a dirigir mi vista a el libro resignado.

Mi madre, se sienta en la cama y me mira con dulzura.

- Llevas dos semanas estudiando ese examen.

- No quiero suspender- respondo seco cansado de que no me deje estudiar de nuevo tranquilo.

- ¿Cuándo en la vida ha suspendido un examen Daniel Oviedo?- ríe mirándome

- Mamá este es importante y no me lo sé, así que si te importaría, necesito estar solo y tranquilo para poder estudiar.

- Han venido a verte unos amigos- me mira divertida y mi rostro palidece en cuestión de segundos, coloco las gafas de nuevo en su sitio y dirijo mi mirada llena de miedo hacia mi madre.

- ¿Qué amigos?- pregunto con miedo

- Un tal Álvaro y unos chicos más, les diré que suban, debes hacer vida social

Me revuelve el pelo y se va de mi cuarto sin darme una oportunidad a responder. Suspiro y espero a que suban y vuelva a pasar lo mismo que cada mañana. En pocos segundos oigo unos pasos subiendo las escaleras directos a mi habitación acompañados de sus repugnantes risas. La puerta se abre dejando ver a los tres chicos morenos de ojos marrones con chupas de cuero.

- Danielin, ¿por qué no bajabas?- pregunta Álvaro acercándose a mi.

- Yo...ten...tengo que estu...estudiar- respondo tenso ante su cercanía

- Anda ven, amigo- coge mi mano y me adentra bruscamente en el armario, entre los tres acaban dándome una fuerte paliza y se van cuando me observan tirado en el suelo llorando.

Claramente necesito encontrar a alguien...