Capítulo tres: Una lamida al chupetín.

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Me quede helada, al ver ese hombre parado en la puerta mirándome fijamente y una conexión extraña se estableció, mi corazón se acelero de repente y un calor inmenso invadió mi cuerpo no sabía porqué, el hombre era perfecto, un ángel caído del cielo, estaba estático al igual que yo, pero nunca me imaginaria que ese hombre, para mi, estaba completamente prohibido. La perra rompió el silencio...

-Bueno, entonces está resuelto, Luna, te presento a tu padre, Alex Koehler, a partir de ahora llevaras su apellido ya que eres su hija. Al menos no tendremos una maleducada en el orfanato -la fulminé con la mirada, y luego bajé los ojos.

-No quiero.

-Vamos. -oí la voz de él-

Cuando levante la mirada para verlo él pegó la media vuelta y se fue, no que quedo otra que seguirlo. Salimos afuera, el subió a un auto de lujo, me hizo una seña para que yo subiese al asiento del lado, subí, cerré la puerta y lo miré, pero no fue correspondida mi mirada ya que puso en marcha el auto hacia no se donde. En el camino ninguno decía nada, lo notaba un poco molesto o enojado, hasta que decidí romper el silencio, aunque para ser sincera no sabía que decir.

-Este... -hice una pausa- Alex.

-Dime. -contestó frío-

-Asique...Tu eres mi padre ¿Verdad? -pregunté temerosa-

-Así es. -contestó-

-Si quieres, puedo quedarme en el orfanato, no quiero molestar -Bajé la mirada, se me calló una lágrima, pero de pronto paró el auto en seco y sentí unos brazos cálidos en mi cuello y un beso en la frente de él♥-

-Soy frío, pero no significa que no te quiera, estoy sorprendido al igual que tú, porque el día que Alice te dio a luz, tu abuela me dijo que naciste muerta, luego al dia siguente desaparecieron sin dejar rastro alguno. Ahora vivirás conmigo, pero quiero que sepas que soy así, con el tiempo vas a conocerme.

-¿Vives sólo?-pregunté curiosa, es la única pregunta que se había ocurrido-

-Vivía con mi novia, pero decidimos darnos un tiempo y vivir separados.

Asique tiene novia, me encargaré de que se borre de su vida y la reemplazaré... pensé

-¿Y como es ella? -pregunté -

-¿Por qué tanto interés en eso? -preguntó y bajé la mirada sonrojada ya que por mi mente se cruzaba cosas sucias con él, reemplazando el lugar de la novia pero no me acostumbro a la idea de que sea mi padre, al fin y al cabo es mi sangre-

-Por... nada.

-¿Y tú? -rió- ¿Tenias novio?, lo dudo a tu edad.

-Sí, tengo novio -mentí- y no soy una niña.

-¿A si? -pregunto molesto pero no le pude contestar que llegamos a casa-. 



Prohibida tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora