2. Memoria.

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Miró el reloj. 16:30.
Como siempre, Hermione se encontraba en la biblioteca. Su lugar preferido. Su lugar de escape.
La chica caminó hasta la sección prohibida y, enseñando su permiso, tomó unos cuantos libros.
Últimamente se sentía perdida. No podía recordar nada de los pasados seis meses.
Sus padres poco habían ayudado, diciéndole que ella no había ido a casa durante el verano.
Suspiró y se sentó en la mesa más alejada de la entrada.
Tras media hora de estar leyendo se dio cuenta de que todo era inútil. Extrañamente, dentro de uno de los libros se escondía un pequeño sobre.
Miró a los lados y lo abrió cautelosamente.

"(...) Según recientes investigaciones hechas a las personas que trabajaron del lado de quien-usted-sabe, el 45 % de ellas no podían recordar nada de lo que hicieron.
¿Imperio?
O talvez, ¿Obliviate?

Si usted no recuerda una etapa en concreto de su vida, y todos a su alrededor dicen que usted actuó normal, lo que hay a continuación puede ser de mucha ayuda.

Responda sinceramente las siguientes preguntas (...)"

¿En serio? Lo que leía no podía ser cierto.
Tras dedicarle unos minutos al cuestionario, sus ojos se abrieron como platos.
Tenía todos los efectos secundarios de haber sido víctima de un obliviate.
Pero, ¿qué podía hacer para remediarlo? No podía simplemente quedarse sin saber qué había sido de ella por seis meses. Leyó un poco más.

"(...) Sólo el autor del hechizo puede revertir sus efectos (...)"

Joder.
Esa era la pregunta clave.
¿Quién lo había hecho?

- Hermione.
Esa voz la sacó de sus pensamientos. Era Ron.
La chica levantó la mirada y rápidamente escondió los papeles.
- ¿P-Pasa algo?
- He estado buscándote todo el día. Ya sabes, mañana tengo las pruebas para ingresar como guardián al equipo y pensaba que después podríamos ir a beber unas cervezas de mantequilla a las tres escobas. - Le invitó, tornándose del color de su cabello.
- Claro Ron - Sonrió falsamente -. Mañana iré a verte en la prueba. A las 10, ¿no?
- Es a las 8, Hermione. ¿Te pasa algo? ¿Qué tienes ahí? - Preguntó el pelirrojo, señalando el sobre.
- Nada importante, ya sabes, deberes. En fin, ¿Te veo mañana?
- Claro.
Ron le dedicó una última mirada y se fue no muy seguro.
Apenas salió por la puerta, la chica exhaló el aire acumulado por los nervios. Era su mejor amigo, pero ¿cómo contarle que no recordaba los últimos seis meses? Después empezarían las preguntas, y las sospechas. Mejor dejar las cosas así.
Tomó los documentos y los empacó de nuevo en el sobre.
Con sigilo, lo guardó en su capa.
Devolvió los libros que había prestado, y salió hacia su clase de Pociones.
Al llegar, tomó asiento en la primera fila.
- Señorita Granger, aún faltan 10 minutos para que inicie la clase.
La voz que hablaba era pesada. Merlín, era Snape.
- ¿Profesor?
- Sí, ya lo sé. - Se hizo al frente y le dirigió una mirada de asco -. Problemas técnicos. El profesor Slughorn no podrá dar la clase hoy, así que Dumbledore amablemente me pidió que la diera.
- Genial. - Susurró.
Tras sacar su libro de Pociones avanzadas, miró a su alrededor y vio a Luna. No pudo evitar reír.
La rubia se encontraba poniendo flores en los frascos donde estaban las pociones.
- Señorita Lovegood. - Al parecer Snape también se había percatado de su comportamiento -. ¿Qué haces?
- Estas pociones tienen mala energía, profesor.
- ¿Mala, qué?
- Mala energía. - Repitió -. Mala. Así que traje estas flores para contrarrestar el efecto. También puede ponerlas en su cabello - Sonrió.
Snape se quedó sin habla.
- Y alejan a los Nargles... - Comentó, poniendo una nomeolvides en la poción de muertos en vida.
Snape pasó una mano por su grasoso cabello y salió del salón muy incómodo.
- Bien hecho, Luna. - Le felicitó Hermione -. Lo espantaste.
- Lo sé, las flores dan un lindo toque a este lugar. - Contestó inocente.
- Eh... Claro.
- ¿Qué hacías con Draco en su mansión? - Preguntó, como si llevaran horas hablando del tema.
Hermione frunció el ceño.
- ¿De qué hablas? - Cuestionó.
- Sí, mi padre y yo fuimos de visita a ese pueblo en el verano, y te vimos con Draco. ¿Son amigos?
Tras decir esto, Luna salió del salón dando pequeños saltitos.
Hermione se paralizó.
Su frente ardía.
¿Qué significaba todo eso?
Ella y ese baboso, ¿juntos?
¿A eso se debía que no recordara nada?
¿Era él el causante de todo?
¿O tan solo era otra alucinación de Luna?
Antes de que pudiera preguntarse algo más, colapsó.
Todo se volvió negro.
Su cerebro no aguantó.

Obliviate.

Forgotten. (Dramione-Drastoria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora