CAPITULO II

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Llegue a mi casa muy fastidiada de tanta tarea y cosas raras que me estaban sucediendo. Me encontré a mi mamá y me noto muy distinta, creo que es muy difícil ocultarle algo a alguna madre. Pero obvio que no le podía decir nada porque ni siquiera yo sabía que era lo que tenía.
Mis tardes son muy aburridas, no tengo amigos por mi colonia, y siempre estoy encerrada en casa con mi mama, me gustaría tener un hermano, ser hija única no es para nada divertido, por cierto, si nunca he hablado de mi papa es porque no vive con nosotras, hace cinco meses mis papas se separaron, es muy difícil para mi no tenerlos cerca, aunque tengo todo el apoyo de mi mama y siempre me dice que para que lo necesito. Me gustaría que siguieran juntos, pero no los puedo obligar a nada, nunca fueron el matrimonio feliz, no eran esa pareja que se la vivía discutiendo pero tampoco era ese matrimonio feliz que vivía en armonía.
Además hubo un motivo que hizo que se separaran, mi madre descubrió que mi papa tenía otra familia, cuando lo supe mi mundo se vino encima, no podía entender esa gran traición por parte de mi padre, porque no habló desde un principio con la verdad y así nos evitábamos esa decepción tan fuerte.
Fue ahí donde mi vida comenzó a ser tan diferente, solo con el apoyo de mi mamá, creo que mi padre nos olvidó desde el momento en que se fue de la casa, no se defendió de todo lo que mi mama le reclamó, era obvio porque no tenía argumentos para defenderse, así que esa misma noche tomo sus cosas y se fue de la casa, toda su ropa la dejo en los cajones, lo único que se llevo fue su maletín de trabajo, pase meses en depresión, fue lo peor que pude haber pasado, nunca me espere eso de mi padre, no quería saber nada de nadie, no quería visitas, me la pasaba pensando en cómo suicidarme, no quería vivir más, pero gracias a dios tenía al motor de mi vida, mi madre, la cual me ayudo demasiado, me llevo a un psicólogo el cual me sirvió de mucho y me hizo ver las formas de una manera distinta.
Desde aquella vez me dije que no iba a permitir que ningún hombre me lastimara, pues lamentablemente el primer hombre en lastimarme había sido mi padre.
Poco a poco fui superando eso. Claro, superar no es olvidar pero cuando lo cuento mis ojos ya no se invaden tanto de lágrimas como antes.
Mi madre es la mujer más fuerte que conozco, pues siempre me pone la atención que necesito, demuestra que a ella no le afectó en nada la traición de mi padre, no se como le haga para guardarse todo ese dolor, pero estoy tan agradecida con ella. Me habla de mi padre y me ha enseñado a no guardar rencor hacia nadie, me hace ver las cosas de manera positiva, incluso defendió a mi papa, me dijo que yo no lo puedo culpar de nada, ni siquiera debo tratarlo mal, pues fue que gracias por el estoy en este mundo, y si es verdad, los problemas siempre deben de ser en los adultos y no nos debe afectar en nada.
Mi papa está trabajando en Londres y de vez en cuando me llama, no le muestro rencor, y siempre lo saludo de buena manera pero no puedo olvidar lo que nos hizo.
Trato de evitarlo porque en ocasiones si le he hablado de manera grosera, más cuando me menciona a su otra hija.

Disfruta El Amor Cuando Lo Tengas, No Cuando Lo Pierdas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora