Le pedi que saliéramos, se que es algo peligroso porque no lo conozco pero algo me dice que es una buena persona.
Quedamos de vernos en el parque del centro de esta ciudad.
Estaba muy nerviosa porque nunca me he quedado de ver con alguien a escondidas y mucho menos sin conocerlo. No se lo dije a nadie porque era obvio que me regañarían.
Cuando llegue el parque, había poca gente mire a mí alrededor pero no reconocí a Eduardo, mi celular comenzó a sonar:
Eduardo: Te ves preciosa
Una emoción recorrió todo mi cuerpo, no sabía que hacer y comencé a ponerme colorada, creó que era de la emoción o quizás por nervios.
Yo: ¿Dónde estás?
Eduardo: Mira a tu alrededor
Sólo lograba ver a un tipo con una chava sentados en una banca pero dudé que se tratara de Eduardo de repente alguien me tapó los ojos, y me comenzó a dar besos en la mejilla.
Me abrazó, fue un abrazo muy dulce de esos que sin querer hacen que se te cierren los ojos.
La persona que me estaba abrazando era Eduardo, no puede ser lo podía tocar y acariciar no era un sueño, me destapó la cara y pude ver su hermoso rostro, sus lindos ojos color miel, sus enormes pestañas, no podía dejar de verlo era más alto que yo, deje mi cabeza recostada sobre su pecho, no sabía que decir estaba muda.
-¿Porque no hablas?
-mmm... Ho...la
-¿Estas nerviosa?
-So...lo un poco.
-tranquila no te secuestraré dijo Eduardo soltando una risa.
-No estoy segura de eso.
-¿Y si vamos a sentarnos? Dijo el separándome de su pecho, el tiempo paso muy rápido que yo seguía abrazada de el.
-Si vamos.
Estuvimos platicando el actuaba de manera normal, en cambio yo parecía una retrasada sin responder lo que el me decía y me perdía fácil de la conversación.
Mi celular comenzó a sonar, era una llamada de mi papá, quería saber dónde estaba ya era noche y necesitaba volver a casa.
-Disculpame me tengo que ir
-Esta bien
-Oye podremos salir otro día, esque me caes muy bien- me atreví a preguntarle.
-Puede ser
-¿Ya me dirás donde vives?
-No, no te puedo decir, y no es importante que lo sepas.
-Esta bien pero dime ¿si saldremos otro día?
-Si pero con una condición.
-¿Cual?
-Que no te enamores de mí.
-No, obvio no, sólo me caes bien- dije sonriendo
-Está bien vete.
-Bueno adiós, me despedi de el con un beso en la mejilla el cual el no me devolvió.
Camine rápido a mi casa ya que estaba oscuro y era peligroso.
Cuando llegue me fui directo a mi cuarto mi papá no me preguntó en donde andaba.
Le llamé a Alison y le conte lo que había hecho, creó que le dio gusto por mi pero también me regañó porque no era bueno ver a un extraño yo sola.
La extraño mucho, mis otras amigas ya no me hablan, les llamo y no me contestan.
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Disfruta El Amor Cuando Lo Tengas, No Cuando Lo Pierdas.
Novela JuvenilEn este libro encontrarás una historia relatada por una adolescente, que a sus 16 años tuvo que enfrentarse a distintas pruebas de la vida y el destino le pusieron en su camino. Mas sin embargo, logró salir adelante con ayuda de sus amigas y de sus...