Igual pero diferente

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Blanca sopló fuertemente pensando en lo que tendría que aguantar cada miércoles a última hora.

-¿Y por qué precisamente, estás hablando conmigo en vez de con cualquier otro si parece que tan bien se te da relacionarte?-le dijo ella señalando con la mirada-.Por ejemplo con aquella chica, era con la que has estado hablando en Literatura.

-Veo que me has estado observando-dijo él mientras ella se ponía nerviosa porque le había descubierto-,y sí, es Alicia, una chica entre tantas personas con las que hablo al día. Pero, entre tú y yo-dijo inclinándose sobre ella hasta casi rozarse-,casi todos con los que hablo, no me caen bien. Aunque he de decir que no está mal. Salí con ella un par de meses hace años.

Blanca alzó la vista para contemplar los ojos azules de Elías que los tenía a escasos centímetros. Inspiró profundamente para no perder la calma y notó como él respiraba sobre su cuello. Entonces, abrió los ojos de nuevo para enfrentarse a esa terrible mirada y no perder las maneras.

-¿Y por qué hablas con la gente que te cae mal? No me parece muy normal que se diga.

-Porque para empezar, no me caen bien, simplemente me dan igual y además, aunque viví poco con mi padre, me enseñó que cualquier persona merece tu respeto, da igual lo que haya hecho, tú por el simple motivo de hablar con ella eres mejor que ella, sino le caes bien-le respondió él.

-Pero estás perdiendo tus principios así, sino te cae bien, pues vale, no le insultes ni nada, pero-añadió ella-,no hagas como si te cayera bien porque así pensará que puede contar contigo y además, por ese hecho, tus amigos tampoco saben si les caes bien o les das simplemente igual.

Elías sonrió tranquilamente y sostuvo su bolígrafo horizontalmente separando su cara de la de ella.

-Tú no te preocupes por ello, sino me cayeras bien ni me habría acercado a verte y mucho menos haberte contado eso, así que-respondió haciendo malabares con el bolígrafo-,puedes considerarte algo más que Alicia.

Blanca le iba a responder cuando la puerta se abrió y apareció Linda sonriendo y saludando a todos mientras Elías se incorporaba separándose de ella y se sentaba en la mesa lateral y continuando con los círculos del bolígrafo. Linda estaba comenzando la clase cuando Elías se levantó de su asiento interrumpiendo.

-Perdona Linda, pero me he equivocado cogiendo el libro de Biología por el de Economía, son exactamente iguales, solo cambia la palabra-sonrió perversamente-,¿puedo juntarme con Will?

Y señaló al chico de su derecha mientras Linda negaba con la cabeza.

-Está bien, Elías pero la última vez que te juntas, ¿queda claro?-dijo seriamente-.Pero en vez de juntarte con Will, te juntas con Blanca, la nueva, que ya la conoces, y le vas explicando la materia que estamos dando para que se vaya acostumbrando.

Elías, no dijo nada ante el cambio, solo se limitó a mover la mesa hasta juntarla con la de ella. Blanca notó que su brazo derecho rozaba el izquierdo de él, cosa que le aumentó su ritmo cardíaco levemente.¿Por qué le latía el corazón más rápido? Simplemente era el engreído de Elías. Un total y absoluto desconocido. Así pasaron la hora, Elías haciendo que prestaba atención mientras sonreía genuinamente y Blanca mirando el libro mientras notaba las miradas de él. Cuando sonó el timbre, Blanca cerró rápidamente su bolsa  y salió de la clase dejando a Elías con la palabra en la boca.

Corrió más que andó hasta llegar a su habitación, donde, se encontró a Rebecca guardando sus libros en la estantería que tenían y se giró al verla.

-¡¡Hola chica!!, ni que te hubieran perseguido un pitbull por todo el campus-dijo sonrientemente ella mientras se recogía el pelo en un moño con un lápiz-.¿Qué te pasa?

Viviendo en la mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora