Promesas

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KATNISS

No tengo en mente el tiempo que ha pasado. Tal vez unos pocos minutos, o una o dos horas. No me importa. Desearía que el tiempo se congelara, o se borrara y olvidar la situación. No me he parado para nada y lo único que hago es observar atentamente al pequeño fuego de la chimenea que encendí apenas llegue. Observo como las flamas se mueven libremente, consumiendo la leña poco a poco. Quiero cerrar los ojos para dormir y no despertar.

De cierto modo, me siento identificada con el fuego. El se siente libre, con solo la preocupación de lo que pasara cuando no haya más que comer. De golpe y sin previo aviso, le apago con un rápido cubetazo de agua fría que se encontraba a mi lado. El agua es el Capitolio, el repentino apagón es la manera en que su maldito Vasallaje fue anunciado hace poco. No puedo quedarme aquí, lamentando mi desdicha, mi cruel castigo. Pero no quiero ni puedo moverme.

Me dirijo a casa de Haymitch una vez que tengo energía para moverme, tengo que hablar con el. Esto es como una patada del Capitolio hacia mi, por intentar salvar a mi hermana y por lo que hice al final de mis primeros Juegos. Ahora que mi hermana va ir a los Juegos, tengo que hacer algo para evitar que eso suceda, sin presentarme voluntaria. Prim no es Rue, ella no sobreviviría al baño de sangre.

No sobreviviría.

Al entrar a la casa de Haymitch, (nunca pone seguro) un borracho Haymitch me recibe, lo se por el olor. Pero también hay alguien más: Peeta.

-Oh, preciosa-me saluda Haymitch- veo que por fin te atreviste a venir a nuestra pequeña reunión.

Me siento al lado de Peeta, que intenta no mirarme mucho.

-Anda, dime a que vienes¿ a que cuide a tu hermana para después morir?-comenta Haymitch.

-A beber.- respondo.

Haymitch me pone una botella en mano. Pero Peeta me la arrebata.

-No Katniss. Esto no es la mejor manera.

Le quito la botella y me la tomo toda de un tirón. No me importa, solo quiero olvidar por un momento mi situación. Más bien la situación de Prim y yo.

-Era de esperarse que sucediera-comenta Haymitch-el Capitolio, no-se corrige- todo Panem sabe que fuiste a los Juegos por salvar a tu hermana ¿que mejor manera de hacerte pagar por ridiculizarlos que quitandote lo que más quieres?

Es cierto. Aunque hubiera preferido que el Vasallaje fuera que los vencedores de anteriores ediciones fueran a la arena, así iría yo y moriría sabiendo que Prim esta a salvo. Pero ese no es el estilo del Capitolio. No hay peor tortura que ver a la persona que quieres sufrir, a tu propia hermana. Prim, matando a un tributo. Imposible de pensar. Prim, muriendo de mil formas.

Tan sencillo de pensar como parpadear.

-Por si no vieron el resto del discurso de nuestro "querido" presidente-continua Haymitch-en caso de no tener algún familiar vivo, el nombre del vencedor sera el que entrara en la urna sin importar su edad y condición física.

-Yo voy a ir- dice Peeta- mis hermanos ya pasaron su edad y no tengo un familiar cercano ni lejano que vaya.

-Yo probablemente también vaya-dice Haymitch, dando un trago a su botella - no tengo familiares ni nada.

-Entonces uno de los dos ira,- asiento mientras miro al suelo.

-Me presentare voluntario.-suelta Peeta.

Lo miro con los ojos abiertos.

-Peeta, no tienes que hacerlo.

-Katniss, no se trata de mi o de ti, se trata de tu hermana. La que importa es ella ¿entiendes? El año pasado seria lo mismo si no te hubieras presentado voluntaria.

Dos Hermanas: Mentora y TributoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora