La nueva chica en llamas

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PRIM.

Hora del desfile. Estoy caminando a donde se encuentra mi carro, que se encuentra al final. Hay dos caballos negros, sonrió. Son preciosos. Nunca he tocado uno, ni visto uno. Acerco mi mano al animal, y toco su lomo. Lo acaricio y sonrío. Su piel es suave. Me gusta mucho, me gusta. Siento una mirada detrás de mí. Katniss.

Llega a mi mente el día antes de la cosecha. Hizo mal en no responder mi pregunta, pero como dijo Lee, no quería ilusionarme. En parte tiene razón, parte de mi sabe que apenas tengo oportunidad de ganar. Y por eso me ha cambiado. Lo dije una vez y lo vuelvo a decir, soy una nueva Primrose. Pero eso no dice que vaya a sobrevivir.

Se acerca lentamente a mí, y me toco el hombro.

-Hola-saluda.

-Hola.-respondo sin mirarla.

-Déjame verte.

Me volteo y me sonríe. Ve todo mi vestuario, y por su rostro, piensa que ya he crecido, porque si es cierto. Ya no soy la misma, pero aún hay cosas en el que soy la misma. Acaricia mi mejilla, ignorando el maquillaje. Sonrío tímidamente. Me responde igual, con lágrimas al borde.

-Prim...-comienza- lamento lo de hace unos días. No quería, hacerte pensar que eras una inútil. Creo en ti, Prim.-suspira-Creo en ti. Sé que tienes la oportunidad de sobrevivir-y lo dice con toda sinceridad- Te quiero Prim, y pase lo que pase, siempre seré tu hermana, y siempre estaré para ti.
La abrazo sin decir nada.

-Te quiero, patito.-finaliza con una lagrima saliendo. Me da un beso en la sien y nos quedamos así, abrazadas.

-Yo también-responde.

Y ahí es cuando me siento mejor.

Al separarnos, suena una voz detrás de mí.

-¿Quieres un azucarillo?-pregunta.

Me sobresalto, eso nunca va cambiar, y voltea para ver que Finnick Odiar me está hablando a mí, y tiene unos cubos de azúcar en la mano.

-¿Azucarillos?-pregunto.

-Si azucarillos-toma uno y lo observa-se supone que son para los caballos pero ¿a quién le importa?

-Vale, probare uno-digo. Cojo uno y me lo como. Hago una cara de sorprendida.-Ricos, Finnick.

-Sabía que te gustarían. Ya que, iremos a los Juegos, lo mejor es que si ves algo rico, hay que aprovecharlo.-levanta la vista- Oh y traes a tu hermana. Hola Katniss ¿un azucarillo?

-¿Qué quieres Finnick?-pregunta fastidiada Katniss.

Bajo la mirada, como si no estuviera harta de adónde voy.

-Si es una pena.-comenta.

-Si-asiente Finnick, comiéndose un azucarillo-estar con toneladas de dinero y que tu hermana no pueda disfrutarlo.

-No me gusta mucho las joyas-agrego, encogiéndome de hombros-y el dinero no me importa.

-¿Y cómo gastas tu fortuna entonces, Finnick?-pregunta Katniss, arqueando una ceja.

-Oh, hace años que no uso nada de eso. Lo he cambiado por algo mejor.

-¿Así? ¿Entonces como pagan tu compañía?-Katniss dirige su vista hacia un grupo de grupo de fanáticas enloquecidas que gritan el nombre de Finnick. Bueno, es normal tomando en cuenta que solo está cubierta por una red de pesca, con un nudo en la entrepierna. Esta casi desnudo, prácticamente.

Finnick se acerca a nosotras y susurra:

-Secretos.

Katniss me mira, que está igual que yo con cara confundida.

Dos Hermanas: Mentora y TributoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora