Capítulo 36.

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PDV Jessica:

Luego de una larga noche viendo películas nos dormimos a eso de las 5 am.

Ahora eran las 12 am y estabamos con una cara de sueño horrible, pero perfectamente presentables para la ocación, vendrían; Pattie, Jeremy, Jaxon y Jazmyn, Scooter y su esposa, más todos los chicos, que ya estabamos ahí para almorzar todos juntos.

Hermanita —me llamó Chris.

Dime.

Alguien quiere hablar contigo.

¿Conmigo?

Si, Jess ven.

Fruncí el ceño y los labios, estaba un poco confundida, pero seguí de cerca a mi hermano.

Me guió hasta una habitación de la segunda planta, al entrar la duda me invadió.

Se encontraba una mujer de espaldas mirando por la ventana.

Ella.

La reconocería en cualquier parte.

¿Ma...má?

Ella voltió lentamente posando su mirada en mí, noté sus ojos totalmente rojos y su triste expresión.

Mi niña... —se acercó a mi abriendo sus brazos, yo retrocedí un pasó mirando el suelo—. Jessi... se que cometí un error...

No, mamá —negué con las manos— solo quiero preguntarte algo —ella asintió—, ¿dónde está papá?

Mi madre desvió su mirada, sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas y volvió a mirarme ahora con una sonrisita.

Fruncí el ceño con confusión cuando mi mamá comenzó a reir.

¿Qué pasa, por qué te ries? —me cruzé de brazos.

Está en el baño, querida —respondió ella sonriendo— sabes que su vejiga es pequeña.

Mordí mi labio inferior riendo y negando me acerqué a mamá.

Te extrañé —le dije apretándola contra mí— no te imaginas la falta que me has hecho, ambos, deberían haber estado conmigo, no lejos de mí.

Lo sentimos mucho, pequeña —al oir eso enseguida me separé de mamá para voltear y detenidamente observar al imponente hombre que descanzaba sobre el marco de la puerta.

Estaba igual a como lo recordaba, aunque probablemente más guapo, su incondicional seriedad seguía ahí, solo que ahora todo ese aspecto de gran empresario era acompañado por una dulce y cálida sonrisa.

Papá —susurré acercándome a él y envolverlo en un cálido abrazo. Vaya que extrañaba a mis padres, apesar de que me abandonaron cuando más los necesitaba son mis padres y eso no lo cambiará ningún error que podamos cometer; es totalmente de humanos tomar malas decisiones.

Princesa... perdóname por todo —levanté mi mirada encontrándome con sus cristalinos ojos azules.

Sabes que sí, lo haría una y mil veces por tú eres fundamental para mí.

¿Qué hice para tener una hija como tú? —suspiró—. No te merezco, eres demaciado buena para que lleves mi sangre. Tú eres demaciado noble, princesa.

Nada de eso —sonreí—, todo lo que soy y lo que aprendí se los debo a ustedes.

Todos volteamos al escuchar suaves golpes en la puerta. Enseguida sonreí.

Malas decisiones. |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora