Capítulo 34

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Me tumbe boca arriba, tampoco podía ponerme de otra postura. Me empecé a palpar la barriga, estaba dura, pero por una parte más, donde estaba mi niña, se notaba que estaba más salida esa parte, como un bulto. Tenía mis revisiones para el bebé gracias a Fred ya que tenía una tía en el hospital, muy simpática. Los amigos de Richard que al final se han acabado haciendo mis amigos han ido comprado cositas para mi niña y Roxana y Wendy, también, no me lo esperaba, no les dije donde vivía, les dije la casa de Fred, ya que quizás Liam pueda sacarles algo…Mi Liam, mi amor… Ya tiene 19 años, se hace mayor… Me aburría así que empecé a molestar a mi niña.

- Stella- susurré a la barriga- Muévete- empecé a apretar más fuerte por donde estaba.

Pero nada, ella no se movía, es tan vaga.

- Vamos bebé, muévete cariño- dije y moví un poco mi barriga.

No me hacía caso, pero yo sé cual es su punto débil… Lo llevo haciendo desde sus tres meses en mi barriga.

- ¿Quieres escuchar a papá?- dije sonriendo- ¿Quieres oír cantar a papá?

Apreté un poco por su lado y se lo volví a preguntar, entonces noté como se empezó a mover. Sonreí y me doble un poco para coger mi iPod. Un día convencí a Liam para grabarlo en mi ordenador, luego me lo pase a mi iPod, se escuchaba bajo sin los auriculares pero a Stella le gustaba. Busqué su canción y la puse pegando en mi barriga. Cuando Liam empezó a cantar, Stella se empezó a mover… reconocía la voz.

- ¿Quieres a papá?- le pregunte acariciando mi barriga, Stella me hinco un poco algo, su brazo o alguna parte de su cuerpo- Aush, si, yo también lo extraño.

La canción siguió sonando, Stella se movía de vez en cuando, no me imaginaba que tuviera en mi barriga una vida. Ahora mismo llevaba una camiseta de publicidad de mangas cortas ancha de Richard, ya que yo no tenía ropa tan grande, llevaba un pantalón que me compre de cintura elástica que lo uso como pijama. No tengo mucha ropa, ya que yo no puedo trabajar y todo me lo paga Richard y Fred, me siento mal, pero ellos no se quejan, les he prometido que cuando tenga un trabajo se lo devolveré todo.

- ¡____!- gritaron desde la planta de abajo.
- ¿QUÉ QUEREIS?- grite.
- Baja- reconocí la voz de Richard.
- ¿No podéis subir? ¡VOSOTROS NO LLEVÁIS A UNA NIÑA DE CASI 2 KILOS EN LA BARRIGA!

Hubo un minuto de silencio y luego hablaron.

- Vale, subimos.

Al rato llegaron a mi habitación. Fred se quedo en los pies de la cama de pie y Richard se sentó a mi lado.

- Hemos pensado, que para festejar tu graduación, vayamos de compras- dijo Richard tocando mi mano.
- No puedo, no tengo dinero- dije apartando el pelo de mi cara y haciendo una coleta.
- Nosotros pagamos, tenemos nuestros ahorros y te los mereces. Además, apenas tiene ropita la niña- dijo Fred.
- Me vais a hacer sentir mal.
- Tú decides o por las buenas- dijo Richard- O por las malas- dijo y fue como a cogerme.
- No vas a poder conmigo, estoy gorda.
-Fred tosió falsamente- Somos dos hombres fuertotes- empezó a mostrar sus músculos.

La verdad es que iban cada domingo por la mañana a correr y luego al gimnasio. Me empecé a reír.

- Venga, vamos.

Me levante de la cama, me dolía todo el cuerpo, sobretodo la espalda. Fui al armario y cogí una camiseta y unas mallas azules. Era de la poca ropa que tenía para embarazadas. Me cambié en el baño, antes me di una ducha. Apenas salía, siempre estaba en casa. Uno de las cosas por las que no salía era por lo que podían pensar de una adolescente embarazada. Peine mi larga melena, gracias a que una de las amigas de Richard es peluquera, puedo seguir teniéndolo sano. Me coloque mis sencillas gafas y me mire al espejo.

Nada había cambiado, era yo la misma ___ de siempre, tímida, insegura… Solamente que estaba embarazada y estaba lejos del chico al que amaba. ¿Por qué siempre tenía que huir de todo? Tenía que haberme quedado, plantar cara a mis problemas, pero no, soy idiota. Salí del cuarto de baño, ellos me esperaban en la escalera. Me lleve una mano a la espala y con la otra me sujete a la barandilla para bajar, ellos procuraron que no me callera.

- ¿Sabes?- dijo Richard- No te a sentado mal el embarazo, estas muy guapa.
- Muchas gracias- dije y le abrace.

Salimos en el coche de Fred en dirección a un centro comercial, a comprar ropa, pero sobretodo no para mi, si no para mi niña. Cuanto cambia la vida.

De compras uwur

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