Confusión

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Darme cuenta que estoy enamorada de él ¿Cómo es posible? Digo, jamás pensé que me iba a enamorar de esta forma y me enferma no poder decírselo. Tener ese miedo constante de que él no sienta lo mismo que yo, y que solamente me quiera como su mejor amiga y gracias a este sentimiento perder su amistad.
Uno nunca sabe de quién se va a enamorar, para el amor no hay fechas, ni hora, ni calendarios, ni edad y aunque esto sea algo confuso pero a la vez normal en la vida cotidiana, estoy enamoradísima de mi mejor amigo...Si bien no se lo he dicho, tengo la esperanza de que él algún día se dé cuenta y que también se me declare.
Kihan y yo somos amigos desde que yo tenía diez y él once años de edad. Recuerdo ese día cuando había llegado a la nueva vecindad, mi madre bajaba las cajas del camión, y luego de varios minutos más tarde, apareció Kihan, súper simpático y cordial. Le ofreció ayuda a mi mamá, mi madre acepto su ayuda... desde ahí nos conocimos y nos volvimos inseparables.
En los lugares a los que íbamos, la gente pensaba que éramos hermanos, pero no era así.
Kihan es ese tipo de amigo en donde puedes matar a alguien y él te ayudaría a esconder ese cadáver y jamás diría nada sobre lo sucedido.
Este sentimiento empezó a surgir una madrugada de verano, después de una fiesta, nos dirigíamos al estacionamiento de autos, Kihan de costumbre me suele dar su mano pero me sentí rara, no incomoda, simplemente rara.
En ese momento me di cuenta que nuestras manos encajaban a la perfección, y que nuestra forma de caminar coincidían ¿Cómo no me había dado cuenta antes?
-Lola, ¿me estas escuchando? -dijo mirándome.
-Sí, sí...-dije sin saber de qué hablaba.
- ¿Y qué te parece la idea?
- ¿Qué idea? - respondí algo confundida.
- ¡Ves! Nunca me sigues la conversación. ¿En qué piensas? -Dijo algo irritado.
- Lo siento, solo que estoy algo aturdida por la fiesta.
- Ya, olvídalo. -dijo mientras sacaba las llave del auto.
Subimos al auto en silencio, por lo general, Kihan y yo somos muy charlatanes pero esta vez estábamos en silencio.
Miré mi reloj y eran las 3:20 a.m. para mí era temprano, y no quería volver a mi casa, ya que no tenía sueño y hacia bastante calor. Así que rompí el silencio.
-Kihan, ¿Por qué no vamos a la playa?
-Creí que estabas cansada como para ir, por eso no te hice la propuesta. -dijo mientras conducía.
-No, no estoy cansada, aparte hace bastante calor, y no quiero regresar a mi casa...
- ¡Qué chica tan ruda! Espero que no te castiguen por llegar tarde a tu casa.
- No pasa nada, estamos en vacaciones, y ya no tengo de que preocuparme.
- Como tú digas, espero que tu madre no me haga un sermón.
- ¡Ya! Relájate, no pasara nada.
- Confió en ti...solo espero que no lo haga.
- No lo va hacer...

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