Blake.
—Tú...—Me recompongo rápido antes de que se de cuenta de que actué como tonta delante de él—. Bueno, yo no creí que alguien como tú fumara.
Voltea la cara y le da una calada a su cigarrillo—. Bueno, ya ves, las personas escondemos muchas cosas, reina del drama.
¡¿Cómo se atreve a llamarme así?!
«Tiene razón»
Conciencia deberías estar de mi lado.
—¿Qué haces aquí?—. Le pregunté un poco recelosa.
—¿Acaso es asunto tuyo?—. Me miró y me echó el humo en la cara.
Pero que chico más grosero.
«Pero es sexy»
Ya basta.
«De acuerdo, pero trata de que no se te caiga la mandíbula de tanto tener la boca abierta, querida»
—No, no es asunto mío, pero es muy raro ver a alguien como tú en un parque—. Le dije con el mismo tono frío que el uso.
—¿Alguien como yo?—Soltó una carcajada—siempre tan carismático él—Ruedo los ojos sin que me mire—. Mira Reina del Drama, esto es un lugar público, si no te agrada mi presencia puedes irte por donde viniste, ¿ok?
Lo miré mal y él se mostró indiferente—Pues no me iré.
—Pues yo tampoco—. Y siguió con lo que estaba haciendo.
Bufé molesta y el soltó otra carcajada. Siento que sus sonrisas no son verdaderas, vamos...no es que lo haya visto reírse muchas veces, pero he notado que su sonrisa no le llega a los ojos, es una sonrisa falsa.
Me mostré indiferente y seguí leyendo mi historia.
Estaba por terminar de leer un diálogo que mantenían los protagonistas del libro, cuando de pronto, caí en un profundo sueño.
(...)
Noah.
Ya he fumado como tres cigarrillos desde que llegué aquí, no he fumado más desde hace un año, después de que pasara ese horrible suceso, del cual no debería acordarme, pero un día como hoy sucedió todo, supongo que esto puede más conmigo.
Estar en este lugar me relaja, ver a los niños jugar me recuerda a muchas cosas.
La reina del drama sigue aquí, aunque no la he odio suspirar más, ni pasar las páginas. Me inclino un poco para verla y... ¡Dios! ¡Es tan tonta que se queda dormida en un parque! Intento despertarla pero nada funciona, duerme como un tronco.
¿Ahora qué hago? No puedo dejarla aquí, aunque no sería mala idea... Pero no puedo hacerlo, tampoco soy tan imbécil.
Me levanté, trate de cargarla y que no se despertara, caminé hasta el auto. Justo en ese momento pasa una señora y nos mira.
—No es tan malo como se ve—Le digo. La señora se va horrorizada y empieza a correr—. Oh Dios.
Esta chica es un dilema, solo llevo un día conociéndola y ya me hace la vida imposible.
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Constelación de estrellas.
Novela JuvenilY se podría decir que ella estaba loca, muy loca... Tenía en su cabeza una locura que desbordaba magia. Ella era una constelación de estrellas impresionante, iluminaba a todo aquel que se le acercará, su amabilidad brillaba como las estrellas, tal c...