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Neptuno de tierra originario del mar; ¿dejarás que los males te hundan aún más?
Y por el papel la tinta corría, la ruta entre las líneas.
Surcabas bajo las olas hasta llegar; no desistas en tu tesoro a pesar de naufragar y recorriste aun todas las islas empuñando el timón.
No llegaste aquí para ser reinado por tus arrecifes ni terminar sepultado bajo las algas.
Los tiburones a tu vera, metros más atrás, esperando una venganza plena pues ahora sus dominios ya no están.
Siendo tu rey sin corona, escritor novel zambullido por los tsunamis sensorios, poco a poco, tomando el control; ¿hacia que cabos, hacia que golfos son?
Avisto tierra, capitán.
Y prosigo a estribor por latidos, corazonadas.
Mantienes el pulso leve, el aire se agita. Las velas marinero que el barco no se mueve, mi mente no puede.
Al final todo quedó escrito, todas las olas, todas las gotas... quedarán como mitos, cuentos idiotas.
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Este texto es una metáfora de los sentimientos como un mar donde (independientemente de qué emoción) nos arrastra y el hecho de tratar de escribirlos hace que pongamos una especie de orden en ese caos que finalmente somos capaces de "surfear".
