(...)Con la mirada perdida, en blanco, observabas a esos seres que ignorabas después de tanto; entrando con la seguridad que te faltaba, más parecida a la que ellos te quitaban a través de cada vistazo que echabas para asegurarte de que existían detrás de tu puerta.
Estabas inmóvil mientras las luces se apagaban; o como cuando la noche se colaba agitando las cortinas; sin permiso, porque eso era una fiesta.
La puerta abierta de par en par, pero tú ya no estabas. La chimenea hacía ya un rato que se escondía en las cenizas.
Ellos reinaban porque tú, sin querer, les dejaste. Tú mantenías la corona; aun sustentabas el poder, pero aquello ya era una anarquía.
Necesitas a alguien que lídia ya con sus monstruos; que los haya amaestrado bien, o alguien que, aun invitandolos, no arramplen con todo; que te coja de la mano, aunque tú no quieras, y apretandola, suavemente, te diga "no muerden".
ESTÁS LEYENDO
Sinestesia
Poesíaσυναισθησία (synaesthesia) "Oigo la mirada, veo el aliento, pruebo el olor, huelo el tacto, y toco tu voz"