Capítulo II

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-Creo que te vez sexy con esa ropa -Le digo.
-Lamentó no poder regresarle el cumplido señorita, apenas la conozco. Pero permítame decirle que con esa playera se ve hermosa. - Dijo Jolle sonriendo alegremente.
-Joven, usted me otorgó este regalo mi cumpleaños pasado. - Dije extendiendo aquella playera de Nirvana.
-Ya decía yo que tengo un perfecto gusto. ¿Puedes contarme esa historia?
-Por supuesto que si Jolle.
>Todo inicio cuando me citaste en la plaza. Me viste llegar rodeada de globos y una gran sonrisa. Me saludaste y me preguntaste el por que de tanto globo. Yo simplemente no te respondí, siempre has tenido mala memoria ¿Sabes? - Dije y Jolle sonrió.
-Catherine dice lo mismo.
-En fin... dimos algunas vueltas a la plaza y justo cuando la cita iba a terminar por qué tú madre ya te habia hablado por telefono, te lo dije: "Jolle hoy es mi cumpleaños"
Abriste los ojos como platos- En ese momento puse las manos en mis ojos e hice ruidos de explosiones - te quitaste la playera y dijiste
"Ya lo sabía. Cuida mucho esta playera Stef, es mi favorita". Pero la verdad es que tu no sabías que era mi cumpleaños.
-Claro que lo sabía, estoy seguro que si. - Dijo Jolle ladeando la cabeza tal vez de frustración por no poder recordar aquel día.
-Puede que si lo supieras, días después de que me dieras está playera una amiga me confesó haberte anticipado que seria mi cumpleaños. - Sonreí y baje la cabeza - Trató de justificarse diciendo que si olvidabas mi cumpleaños, este se arruinaria.
-¡Lo vez! Sea como sea, yo lo sabía. - Jolle me veía con curiosidad, como si fuera la unica persona capaz de recordarle quien era. - ¿Puedes decirme tu nombre?
- Me llamó Stefy - Dije entre risas y aquel tono gracioso en el que solía decírselo, pero en él ya no estaba la sonrisa con la que recibía aquel comentario.
-Que nombre tan más raro. Será difícil que lo recuerde.
-Descuida, la mayoría lo olvida - Baje la cabeza para evitar que viera la decepción que se enmarcó en mis ojos.
-Yo no solía olvidarlo ¿cierto?
Yo no respondí. Me limite a sonreír y en tratar de infundirte calma, lo cual si funcionó por que segundos después se recosto en aquella cama de hospital.
-Estoy harto de esta habitación. Es tan pequeña y nunca tengo nada especial que hacer.
-Quizá deberías leer, solías leer cuando no tenías nada especial que hacer. Normalmente leias tres páginas y lo dejabas el libro al lado de ti, en la mesita o lo aventabas, si estaba en tu mesita significaba que era bueno, si lo aventabas era caso perdido. Si yo estaba ahí continuaba la lectura por ti y seguía así hasta que quedabas completamente dormido.
-¿Traes algún libro contigo?
Sabía que me preguntaría eso, o quería creer que lo haría. Pero claro que llevaba un libro conmigo.
Al sacar aquel libro de pasta azul y de bastante grosor el abrió mucho los ojos, tratando de recordar donde lo había visto.
-Este libro lo pintamos juntos. Odiabamos la portada pero el texto era nuestro favorito. Yo quería pintarlo morado, tu lo querías azul. Esperaste a que durmiera y lo pintaste. Jamás fui capaz de pintarlo morado. - Después de terminar aquella anécdota sonreí ampliamente; realmente disfrutaba recordar aquello.
Jolle me hizo señas para recostarme justo al lado de él. Le hice caso, al acostarme me envolvió completamente con su brazo, me incomode y aleje su brazo... comencé a leer. Antes de que Jolle perdiera la memoria llevábamos más de la mitad del libro, ahora debo comenzar desde el principio. Y así fue.
A la una de la mañana Jolle ya estaba dormido y yo estaba al lado recordando aquella cabaña en la que solíamos dormir juntos cuando queríamos alejarnos de todo.
La cabaña estaba justo en la orilla de un gran lago, en el lago había una pequeña lancha que era de mi familia y solía subirme en ella y contemplar aquel paisaje de noche, con la Luna en alto y algunas estrellas.
Reviviendo recuerdos y eliminando algunos otros.

Sólo Recuerdos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora