Capítulo 2

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ADVERTENCIA: Ésta historia no respeta al cien por cien los hechos ocurridos en The Walking Dead. Personajes y momentos de la serie se verán cambiados o afectados

Escucho gritos, el llanto de una niña, y siento a alguien cargarme, pero yo decido no prestarle atención a nada. Me sumo en la oscuridad y me alejo del mundo.

No se cuanto a pasado desde que la penumbra me cubrió por completo, pero me he dado cuenta de que no estoy muerta. Pero tampoco puedo abrir los ojos. Intento percibir lo que pasa en el exterior, pero lo único que siento son unas manos acariciando mi oscuro y largo cabello, y voces hablando. No entiendo que dicen, pero una se me hace conocida. Ella está cerca de mí. La siento. Sus pequeñas manos tocan mi cara, y su suave vos repite mi nombre una y otra vez. Escucho a alguien decirle que se valla, pero la siento negarse. Empieza a llorar, y es en ese momento cuando siendo la necesidad de despertar. De verla, limpiar sus lágrimas y abrazarla. Lucho contra la fuerza que me mantiene en la oscuridad, y luego de lo que parecen mil años abro los ojos.

La luz del fuego de una fogata me hace parpadear, pero cuando mis ojos se acostumbran, me permito ver dónde estoy. Estoy en el bosque, al lado de una hoguera, rodeada de árboles. Hay personas hablando entre ellas, pero están a muchos pasos lejos de mí. Solo un individuo se percata de mi presencia.

-_____-grita e inmediatamente siento sus pequeñas manos abrazándome. Rodeo su cuerpo con mis brazos, y beso sus mejillas. Judith empieza a reír y a decirme entre balbuceos que me extrañó mucho. Yo simplemente apoyo mi mentón en su cabeza y le digo que le quiero mucho. Escucho un silencio ensordecedor, así que decido alejarla de mí e intentar sentarme. Pero veo que fue una mala idea. Rápidamente las náuseas inundan mi cuerpo, e instintivamente pongo mi mano derecha en mi boca. Una chica, la de los ojos verdes y el pelo corto que me ayudó a sostenerme el día de la horda, viene hacia mí y me ayuda a acostarme nuevamente. Un hombre con barba agarra a Judith, y la aleja de mí, ignorando las quejas y los llantos de la pequeña. Una mujer con pelo corto y grisáceo me trae una botella de agua medianamente completa, y una lata de atún. Esta vez decido escuchar lo que mi cerebro dice y comer algo. Lentamente agarro lo que me trajo, y luego de un asentamiento con la cabeza, agradeciéndole, pruebo lo que hace tiempo mi estómago pedía. Siento que todas las miradas están puestas en mí, lo que me pone realmente incómoda, pero decido ignorarlos.

Luego de lo que parece una eternidad, termino mi comida, y tomo un trago de agua. Pero mi cuerpo pide más, así que sin darme cuenta me acabo la botella entera. Cuando me percato de eso, bajo la mirada, y miro al grupo, sintiéndome por primera vez, desde que esto comenzó, avergonzada.

-Perdón- digo mirando a la mujer de pelo gris. Ella me mira amablemente y me regala una sonrisa.

-No te preocupes, lo necesitabas. ¿Cuándo fue la última vez que tomaste o comiste algo?-me pregunta.

-No estoy muy segura- respondo sincera- Creo que el día que me encontraron era el quinto día sin comer. Y mi cuerpo no acepta bien el agua con el estómago vacío así que creo que hacía un par de días que no bebía nada. Quizás tres. No estoy segura.

La mujer tuerce su cara en una mueca y me mira severamente

-¿Por qué has pasado tanto tiempo sin alimentarte?- me pregunta desaprobatoriamente.

-Por ella- respondo señalando con mi mentón a Judith. La mirada del líder y de un par de personas me dice que están interesado en escuchar próxima respuesta. El hombre con barba va decir algo, pero una voz grabe se hace escuchar antes

-¿Por Judith?-pregunta el chico con sombrero de sheriff. - ¿Por qué por ella?

-Porque me prometí salvarla a ella. Poner sus necesidades y su vida antes que la mía. Y así lo hice.- respondo sin dudar ni un segundo

In the storm I found you(Carl Grimes y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora