Tercera carta.

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Querido Sam,

Siempre me han gustado tus ojos; y tu pelo. Me gustaba acariciarlo con delicadeza, cuando te tumbabas sobre mi regazo. Y era divertido cuando nos confundían con dos embelesados; la verdad es que me gustaba pensar que realmente lo éramos.

Amaba y amo tus imperfecciones, y quiero que sepas que a mis ojos las veía y las veo perfectas; adoraba cómo sonreías cuando hablabas de mí; amaba tus mensajes a mitades de la noche, tus buenos días y tus recomendaciones de canciones; tus quejas y tus enfados; tus finos labios y tu tez tan blanca; tus notitas, tu mala letra y cada una de tus extrañas manías.

Éramos dos mitades perdidas; y aún lo somos y lo seguiremos siendo en un futuro. Siempre has sido tú, Sam, esa persona tan distinta y adecuada para mi gusto. Siempre hemos sido nosotros. Siempre hemos sido esos amigos confusos;dos quinceañeros creativos, soñadores, curiosos, a veces inseguros. Y por muchas manos que entrelazcan las tuyas, siempre seremos Sam y Hayley: dos piezas un poco perdidas, tal vez un poco distintas, pero que están hechas para encajar entre ellas.

Siempre tuya,

Hayley.

Querido Sam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora