Hoy ya es el segundo día en la casa de colonias. Todo va bastante bien, la masía es rústica y a la vez muy acogedora; y me gusta.
Salgo de la habitación, bajo las escaleras y me dirijo al extenso campo que envuelve la casa. Ya son las 19:14 y el Sol se está escondiendo; aparece un precioso reflejo anaranjado y rosado en el cielo.
—¿Qué tal todo? -Pregunto a Thomas y Marta.
—¿Dentro de una hora ya toca ir a cenar, cierto? -Resopla Marta.- Bueno, pues tendré que ir a la habitación a ordenar mis cosas, que tengo mi litera hecha una leonera.
—Te acompaño, Marta. En seguida volvemos, ¿eh Thomas?
Él asiente con la cabeza, seguidamente subo con Marta a ordenar un poco nuestra habitación y empezamos a conversar. Entretanto aprovecho para ordenar los cientos de papeles que guardo en mis cajones.
—Hayley...No quiero que te pongas mal ahora que estamos de colonias, pero hay algo que deberías saber.
La miro un tanto preocupada.
—¿Qué pasa? -Contesto reorganizando mis cartas.
—No sé cómo decírtelo para que te lo tomes bien...Bueno, mejor olvídalo.
—¡Marta, ahora no me dejes con la intriga!
—El caso es que...He visto a Sam...Con otra chica. Y estaban tonteando. Hayley, en serio... Ese chico es un inmaduro; va siempre de flor en flor. -Hace una pausa y me mira intentando tranquilizarme - Lo mejor sería que lo olvidases, en serio. Tienes a unos amigos que de verdad te aprecian y... No quiero que estés mal por alguien que no vale la pena. Es que me preocupas, Hay.
Medito unos segundos lo que acaba de decir, y al principio no la creo.
—Bueno. Da igual... Será una amiga o algo... Y tranquila, estoy bien. Está más que superado. -Miento.
—Me alegro. -Responde Marta esbozando una sonrisa.
Cuando terminamos de ordenar nuestras pertenencias, bajo nuevamente las escaleras, al descampado rodeado de puro bosque. Intento encontrar con la mirada a Sam. Y efectivamente; lo diviso distraído. Así que decido escucharlo mientras permanezco escondida en una esquina, apoyándome en una gran pared enladrillada.
Está con una moza: bajita, morena y bastante mona; de ojos verdes y labios carnosos. Espío sutilmente, y veo a Sam rodeándola con su brazo derecho, riéndole sus gracias y susurrándole al oído cualquier estupidez. La mira con ojos tiernos. Y no; esta vez no es Brooke; es otra.
En ese momento oigo a Thomas, a lo lejos, gritando mi nombre:—Hay, ¿a dónde vas?
—Vuelvo en un segundo. -Respondo; pero aún así creo que no me ha oído.
Sam me detecta, y al saberlo, me dirijo veloz hacia mi habitación; avergonzada.
Un torbellino de emociones ataca mi cabeza. Rescato miles de recuerdos nuestros y mientras subo rápidamente las escaleras intento retener las lágrimas. No; no debo llorar por él. Ya no.Estoy a punto de llegar hasta el cuarto, y de repente, noto detrás mío a Sam, ya que parece que me ha seguido. Emito un corto y ahogado grito, me giro y lo veo de nuevo. Mis pulsaciones van a cien y me da un vuelco el corazón. No sé cómo actuar.
—¿Hayley? -Pregunta extrañado.
Mis manos tiemblan, pero sólo me da tiempo a pensar que por fin escucho de nuevo una palabra suya.
—Perdona, no quería interrumpiros...Yo... Yo sólo estaba buscando a Marta y bueno, pues... Lo siento. -Me siento ridícula, necesito alejarme de él lo antes posible.
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Querido Sam.
Short StoryQuerido Sam, Seguramente estas cartas van a quedar esparcidas por algún cajón, puede que nunca te las envíe...Pero necesito desahogarme. Te esperan varias cartas, Sam. ¿Ahora debo firmar, no? Bueno, primero añado una bonita dedicatoria: Siempre t...