Capítulo 3.

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Guardé el sobre en el bolsillo de mi montgomery y fui a buscar mi auto, el cual había dejado estacionado en el garage de mis padres debido a que mi departamento no tenía uno. Manejé despacio, y cuando frené en un semáforo mi celular sonó.

*Audio de Sean*

West estamosh e la fistah, t stams sprandoh

Largué una carcajada, no era raro que mis amigos se encontraran ebrios. Conducía a la casa de Ashley Becker, una de mis exs compañeras del instituto, y ya a dos cuadras podía escucharse el nivel de la música. Llegué y había una gran cantidad de autos, lo que me obligó a rodear la casa en busca de algún lugar donde estacionar. Logré hacerlo y bajé, caminé entre algunos cuerpos que se encontraban tirados junto con vasos de plástico rojos. Entré en la casa y muchos cuerpos se apretaron junto a mí, busqué con la mirada a mis amigos y los encontré en un sillón junto a algunas chicas bastante sexys.

-Hey, dejen de beber idiotas - saludé

- Bro, hasta que llegas - saludo Matt entregándome un vaso con una especie de líquido transparente en el.

- ¿Y Sean? - pregunte tomado un largo trago

- Sean en una habitación con un rubia que estaba buenísima, llegó ebrio a la fiesta y desapareció, "su amigo" y él deben estar realmente entretenidos - haciendo comillas en la palabra amigo causando una gran carcajada de ambos.

Bebí un par de vasos más y sentía el alcohol correr por mi sangre. No sabía lo que hacía, ni lo que decía. Divisé a una morocha con un culo impresionante en la barra y le entregué el vaso a Matt para dirigirme hacia ella. No crean que era de esos chicos que se acostaban siempre con una mujer distinta, en realidad era algo tímido, pero el alcohol corría en mi sangre y hoy tenía muchas ganas de divertirme. Llegué hacia ella y me senté a su lado, mirándola interesado.

- ¿Se te ofrece algo? -dijo mirándome de reojo.

- Uf, claro que sí gatita. ¿Qué te parece ir a mi casa? -dije guiñandole un ojo.

- Mmm, dejame pensarlo chiquito -dijo situándose entre mis piernas y mirando mis labios. - NO -dijo dándose la vuelta y caminando hacia el centro de la casa.

- Al menos dime tu nombre - dije gritandole

- Brooke - dijo mostrándome su dedo corazón.





Perfectamente imperfecta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora