5- ¿Dylan?

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— mamá

En eso siento como se abre la puerta, me volteó y veo a mi padre entrar en la casa – que raro verlo tan temprano aquí – pensé mientras me secaba las lágrimas y guardaba las hojas que encontré.

— oh, Hola hija

— hola — dije con la voz quebrada

— ¿qué tienes camila? ¿estuviste llorando? — pregunto Papá un poco preocupado

— tú lo sabías ¿verdad? — susurré algo molesta y triste a la vez

— ¿saber qué? — pregunto, y por su expresión se notaba nervioso

— que el cáncer de mamá se propago — tomé una bocanada de aire y dije — q-que — no podía ni decirlo — que mamá tiene cáncer de nuevo — dije ya llorando

— camila — dijo Papá acercándose a mi para darme un abrazo — ¿quién te lo dijo?

Recogí los papeles que había leído antes y se los di, Papá los leyó y luego me miró.

— yo... Nosotros no queríamos decirte nada hasta que estuvieran los análisis

— y dieron positivo — dije triste

— lo siento, hija — dijo mi padre y pude notar como una lágrima resbalar por su mejilla

- ya llegue - escuchamos a mamá llegar alegremente

- Sara - pronuncio papá dolido

- Rick, amor - le dio un casto beso en los labios y luego vio que yo estaba llorando y que el también - ¿que esta pasando aquí? - mi padre le paso los análisis a mamá

Ella los leyó y puso una mano en su boca para silenciar el llanto que se avecinaba, lo cual no funciono.

- no, no, no - dijo mi madre entre triste y molesta - lo siento Camila, por favor Perdona me, Perdona me por no ser una buena madre, perdona me por todo

Yo solo la abrace, no puedo creer que me pasen tantas cosas en una semana.

***

Llegué a la escuela con la cabeza cabizbaja y los ojos un poco cristalinos por la tristeza, entre por las grandes puertas y como siempre, ahí estaban Carina y Christian, yo los ignore, no estaba de humor como para aguantarlos, seguí mi camino hasta mi salón de clases.

Tomé mi libreta y empecé a dibujar cosas sin sentido, hasta que sentí que alguien me tocaba el hombro, yo no me giré y sólo dije:

- vete Christian

- no soy "christian" - dijo una voz masculina que yo desconocía

Yo giré un poco mi cuerpo y me encontré con un chico con el pelo castaño, los ojos color café, una camisa roja con cuadros azules y un pantalón azul oscuro, y la verdad que era muy guapo - pero nunca se fijaría en ti - me dijo mi conciencia, como siempre

- soy Dylan - dijo con una hermosa sonrisa

- ¿y?

- ¿con quién tengo el placer de hablar? - pregunto ignorando mi respuesta

Aburrida respondí - camila - luego dude - ¿por qué me hablas?

- porque me interesas - yo pegué una carcajada sarcástica

- ¿Sabes? no todos los hombres son iguales

- ¿qué paso? ¿ya te contaron lo de los cuernos? Porque si es así, ya estoy harta de que me tomen last...

- no

- claro que si, ¿por qué dime? ¿quién en su sano juicio se fijaría en mi? ¿una gorda?

- yo

- no te creo

- ¿a no?

- no

- te lo voy a demostrar

- ¿así? ¿ y cómo piensas hacerlo? - dije con una sonrisa, esto se pone interesante, ¿qué querrá este chico?

- invitando te a salir este viernes

- umm, no lo sé - dije fingiendo estar pensando

- ay Camila, no te hagas la difícil - eso me me hizo recordar a Christian de una manera extraña

- ¿esto es una clase de juego? - repetí lo mismo que le había dicho a Christian

- no, claro que no, te lo juro

Yo no quería sufrir más, no quería, así que me levanté y camine a la puerta sin responderle nada.

- oye, Camila ¿eso es un sí? ¿a donde vas?

No respondí y entre al baño de las niñas, me pare en el espejo, baje la cabeza al lavamanos para lavarme la cara, cuando me levante lo ví parado atrás de mi, con esa sonrisa.

- MIERDA - grite dando un brinquito

- las princesas no dicen malas palabras - dijo arrugando la nariz

- yo no me veo la corona - rodé los ojos frustrada - voy a clase

- no, espera, sólo responde - salimos los dos juntos del baño y recibimos muchas miradas de parte de los estudiantes que se encontraban en ese pasillo algunos miraron a Dylan raro y otros hicieron caras raras. Dylan solo los saludo de manera incomoda

- Camila, dame una oportunidad sólo una

- esto es tan cliché - pense

Lo mire y dije - ¿por qué no?

- lo sabía, nadie puede resistirse a mis encantos - dijo con una sonrisa picara - ¿a qué no estoy bueno? ¿eh? - me guiño un ojo

- privon de mierda - él cambio su sonrisa a una cara sería, yo reí

- eres mala Camila

Yo sólo reí y camine a mi salón de clases, joder, ya iba tarde, pero valió la pena haber conversado con ese chico, de alguna manera hizo que mi ánimo subiera.

Las Gordas También Tienen  Sentimientos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora