— ¿no piensas ir? — preguntó mi madre por tercera vez
— no — dije seca para subir las escaleras
Mañana es la fiesta de mi graduación, no tenía ganas de ir, y menos sola, solo iré a la ceremonia a buscar mi diploma, había sido un año tan, ¿extraño?, esa podría ser la palabra correcta para lo que fue este año, mi única amiga se había ido a la universidad y solo venia algunos fines de semana, ya igual no era lo mismo, casi no hablábamos y bueno... Con dylan solo hable una sola vez desde que se fue, y por lo que me dijo, esta muy bien allá, decía que amaba todo, su escuela, sus compañeros, la verdad me alegra de que sea feliz.
Mientras que yo, estoy a un paso de ir a la universidad y lo cierto es que no sé ni que voy a hacer con mi vida, no sé a que universidad ir, ni que mierda estudiar, creo que dejare un años libre. Me tire boca arriba sobre la cama y mire al techo por unos segundos para luego cerrar mis ojos.
— ¿qué estoy haciendo con mi vida? — le pregunte al aire — ¿cómo es que llegue a estar tan sola?
Una lágrima resbaló por mi mejilla, no sé que hacer, quiero irme lejos, no quiero seguir más aquí, quiero empezar de nuevo, con gente nueva, pero no sé como hacerlo.
— camila ¿estas bien? — preguntó mi madre del otro lado de la puerta, pero yo no respondí, — camila — ella abrió la puerta, me miro con cara de confusión, y se sentó a mi lado — ¿estas bien? — esa pregunta hizo que me derrumbara, mis lágrimas empezaron a salir como una lluvia, me acerque a ella y la abrase fuerte, — ¿qué te pasa? — preguntó mi mamá nerviosa, llorando conmigo, pero no respondí, no me salían las palabras — ¿qué te pasa?
— n-no sé que hacer — respondí al fin
— ¿hacer con qué? ¿qué te paso?
— con mi vida mamá — la abrace más fuerte mientras suspiraba — ni siquiera sé que voy a estudiar, no tengo amigos, estoy sola
— no estas sola hija, yo siempre voy a estar contigo
Me quede callada y solo la abrace, odiaba ver a mi madre llorar, me hacia sentir una mierda, sentía que era culpable por como se sentía, sabia que no era fácil tener una hija como yo, complicada.
— eres muy cerrada, camila — dijo mi mamá al fin — te guardas todo, sabia que algo te pasaba, pero no puedo adivinar tus sentimientos, no puedo saber que estas pensando, ni siquiera puedo imaginarlo, sé que no podre ser la mejor madre y que tal vez en algunos momentos no estuve para ti, pero puedes confiar en mi siempre, yo nunca te juzgaría.
— te amo, mamá, sé que nunca te lo digo, y perdón por ser de esa manera, intentare hablar más contigo
— quiero que me prometas que sin importar lo que pase, tú no vas a atentar contra tu vida ¿ok?
Dude un poco antes de acentir con la cabeza.
Había decidido no ir a la universidad y tomarme un año libre y pensé en irme a nueva york, por un mes, tengo asuntos pendientes ahí con alguien, iba a ir con mis padre, pero al final se quedaron en casa y me tuve que venir sola, pero bueno, mañana en la tarde me reuniría con él, ya no podía más, tenia que verlo, saber como estaba, no podía esperar por que sea mañana, me pondría un jean blanco con una blusa roja y addidas blancos con rayas negras, muy al estilo de las personas de aquí y quería verme bien para él.
No pude pegar un ojo en toda la noche por los nervios, miraba el reloj cada segundo, hasta que vi que marcaron las 4:30, me di una última mirada al espejo y salí del hotel, camine unos bloques más arriba hasta llegar a mi destino, starbucks, me senté en una mesa cerca de la ventana a esperar, no parará de mirar mi reloj de mano cada segundo, estaba nerviosa.
— ¿hola? — dijo alguien, subí la mirada de mi reloj y lo vi a él, una sonrisa salio de sus labios al verme — camila — se acerco a mi para depositar un casto beso sobre mi mejilla derecha - no volveré a lavarla - pensé como una sicópata
— hola — respondí con un hilo de voz — ¿cómo has estado? — pregunte mientras él se sentaba en la silla enfrente de mi
— bien, me estoy adaptando muy bien a las clases, tengo algunos amigos
— me alegro mucho por ti
— ¿y tú? ¿ ya empezaste la universidad?
— no... — rasque mi nunca nerviosa — lo cierto es que tome un año... Aun no sé que estudiar
— no jodas ¿camila, eres tú?, nunca creí que te tomaría un año, te veías tan estudiosa, tan nerd...
— ay, callate estúpido — ya sentía la sonrisa de idiota en mi cara
— tan linda al sonreír... — bajo la cabeza un poco — ¿quieres algo de tomar? — preguntó cambiando de tema de golpe
— si, un café por favor
— como oderne
Después de un rato seguimos hablando un rato más hasta que llegó el momento de despedirse, él me acompaño hasta mi hotel caminando.
— entonces... ¿amigos? — pregunte
— amigos...
— bien... — di media vuelta y sentí una mano en mi nalga, ¿me había dado una nalgada?
— pero con derechos — me giño un ojo
— ¿no quieres subir un rato?
— me encantaría — respondió rápidamente
Ahora si, fin.
Gracias a todas y todos (si hay) por acompañarme hasta el final, perdón por haber tardado tanto en el final, pero we, aquí esta, ahhh, soy jueza en un concurso, me gustaría que pasarán por ahí a darme su apoyo.
Es aquí ☝☝
Y e empezado mi nuevo blog, para los que quieran saber más sobre mua, bueno, es momento de despedirme de esta historia, me divertí mucho escribiéndola, en serio, mil gracias por los votos, la verdad no creí que iban a ser tantos.
Bueno, nos vemos en mis próximas historias, chao.
Pam.
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Las Gordas También Tienen Sentimientos ©
Humor- ¿Sabes? no todos los hombres son iguales - claro que sí, porque dime, ¿quién en su sano juicio se fijaría en mi? ¿una gorda? - yo - no te creo - te lo voy a demostrar NO ACEPTO COPIAS NI ADAPTACIONES, SEAN ORIGINALES Portada nueva, hecha por LPrii...