Capítulo 4

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Justin había permanecido al lado de Emily unos cuantos minutos, besó su mano y se levantó de la silla para dirigirse al baño de la habitación. Allí abrió el grifo y decidió lavarse la cara, odiaba esa sensación de que las lágrimas hayan recorrido sus mejillas. Cuando terminó, salió y le dio un último vistazo a su novia, o por lo menos hasta las próximas horas, y caminó hacia la puerta.


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Kate le agradeció al conductor y bajó del taxi luego de pagarle. Recargó la mochila en su hombro con una mano mientras con la otra agarraba fuertemente la bolsa con donas para caminar directamente hacia la entrada del hospital. Una vez dentro, aceleró sus pies para alcanzar el ascensor que en segundos tenía la intención de subir. Un hombre detuvo las puertas con una mano y esperó a que Kate pasara, ella le dedicó un "Gracias" seguido de una sonrisa y presionó el botón que conducía al tercer piso.

Las puertas se abrieron y pasó saludando a las personas de recepción, todos en aquel piso conocían a Kate, pues ya llevaba mucho tiempo yendo y viniendo.

—Hola Gloria —saludó a una mujer que se encontraba sentada del otro lado de la recepción, ésta le tendió una gentil sonrisa—, ¿alguna novedad con mi chico?

La mujer negó. —Nada de nada, lo siento, Katy — la llamaba así de cariño, Kate odiaba ese apodo en particular pero no le molestaba viniendo de ella—.

—No pasa nada —Kate arrugó la nariz para después largar un suspiro—. Bueno, iré a verlo —se despidió momentáneamente con una sonrisa, de manera que sus ojos se achinaron, y giró para seguir caminando.


Entró en la habitación y besó suavemente la frente de su novio, que estaba recostado en la camilla y dormido, según ella. Dejó su mochila y la bolsa sobre el piso para tomar una silla y acercarla a él. Tomó asiento y comenzó a hablar.

—Ha sido un día realmente agotador hoy, Tom, no he podido pegar un ojo en toda la noche y me he quedado dormida dos veces en la tienda —soltó una pequeña risita—. William me ha despertado con un cornetazo, tendrías que haberlo visto —negó divertida—, no volverá a pasar pero me gustaría haberle visto la cara.

Inclinó su cabeza levemente hacia la izquierda y contempló a su novio. —Te extraño, Thomas. Ya ha pasado mucho tiempo, tienes que despertar... Pronto llegará el día, lo sé —sonrió y agarró sus cosas—. Iré a almorzar afuera, no me tardo, regreso luego.

Lo despidió de la misma manera que lo saludó y salió, cerrando la puerta detrás de ella. Su sonrisa se había tornado algo triste. Tomó una bocanada de aire y caminó hacia la máquina de café, decidió que tenía que estar algo despierta, hoy no quería quedarse dormida en el pasillo de la sala de esperas. Eligió un café con leche y regresó para sentarse en la silla que se encontraba frente a la habitación. Dejó el vaso en la mesita que se encontraba a su lado y buscó su celular en la mochila, debía avisarle a su madre que se encontraba bien. Tecleó la pantalla táctil y volvió a guardarlo, estaba a punto de cerrar su mochila cuando una voz la interrumpió.

—Así que, se ve que tienes algo aquí que te interesa demasiado —exclamó el chico que se encontraba a una silla de ella.

Kate giró su vista hacia el extraño. —Mi novio se encuentra aquí.

—Pues, la mía también... Habitación 512 —ladeó la cabeza hacia la puerta frente a él.

—Habitación 510 —respondió la chica levantando levemente la comisura derecha de sus labios y repitiendo la misma acción de Justin, pero con sus ojos.

Él dejó escapar una sonrisa, algo que no hacía últimamente, Kate simplemente se dedicó a cerrar su mochila y agarrar el vaso con su preciado café con leche. Se giró un poco hacia la dirección del chico y el inició la conversación nuevamente.

—Soy Justin, Justin Bieber, un gusto. ¿Tú eres?

Kate le regaló una sonrisa. —Katherine Collingwood, pero todos me dicen Kate. También es un gusto conocerte, Justin.

Ambos se miraron fijamente a los ojos. Kate quedó encarcelada por aquellos ojos mieles que reflejaban paz y serenidad, mientras que Justin no podía despegarse de los ojos azules de la pelirroja, quien fue la primera en correr la mirada al momento de sentir un leve calor en sus mejillas unos segundos después. Justin se aclaró la garganta, nervioso.

Los dos se hicieron la misma pregunta para sus adentros: "¿Qué demonios me sucede?".





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¡SÍIIIIIII! ¡Finalmente se conocieron, yayyyy! El amor pronto florecerá, los colibríes ruegan por esta historia de amor, bueno, no. Ya estoy delirando.

Cómo sea, espero que les haya gustado el capítulo. Aunque creo que mis lectores son 0 y escribo esto sin necesidad, pero bueh, seguro en algún momento se topen con ésta historia y ahí aparecerán todas, jé. ¡Ah, casi lo olvidaba! La portada es nueva, la hice yo omg, no es la gran cosa pero sigo impresionada con mi trabajo, realmente me gustó, se queda. Eso sí, me faltó hacerla pelirroja a Barbara, my bad jajaja. Bueno ahora sí, adiós 💗



Coma {j.b} || pausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora