cuatro.

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Vendela Gebels había desayunado mal aquella mañana. El café frío y las tostadas quemadas no eran de sus favoritas. No tenía mucho tiempo, se había quedado hablando hasta tarde y organizando su agenda con Lana. Cuando despertó y vio lo tarde que era lo lamentó.

También había llegado tarde al ensayo, a maquille y a escena. Lana estaba furiosa.

"Sabes que soy tu representante, tu agenda con piernas, tu amiga y por qué no tu madre Dela", decía ésta, "no quiero que pierdas la reputación impecable que llevas en el trabajo. Te apoyo, soy tu amiga. Te apoyo".

Vendela trataba de hacer oído sordo a todo antes de que le diese un ataque nervioso. Se esmeró en centrarse en nada más que su personaje, el mundo exterior no importaba. En algún punto olvidó por completo sus diálogos. Su pareja actor aguardaba que ella le siguiera la escena, pero Vendela miraba para todos lados buscando en los profundo de su memoria las líneas. Como no lograba recordarlas comenzó a improvisar.

"(...) Sabes que no puedo dejar de hacerlo. ¡Claro que no! Y no me digas que no quieres, la primer idea siempre es la mejor".

Se acercó al actor y le robo un beso bien actuado. El hombre no se negó en lo absoluto.

-¡Corte! ¡Corte, corte maldita sea! – Gritó el director Clifford -¿qué fue eso Gebels? ¿De dónde sacaste esas boberías?

Estaba enojado.

-No son boberías, estoy citando a Allen Ginsberg . 

-Pero adivina qué... - se acercó a ella despacio – eso no está en el guión. Dios Vendela, ¿qué tienes hoy?

Ella no dio respuesta.

-Si me permiten – interrumpió el joven actor – creo que lo que Vendela hizo fue sensacional. La escena se trata de un beso entre los amantes, aunque mi personaje esté intentando abandonar al que interpreta Vendela. En el momento en que ella empezó a decir, y con respeto lo cito a usted señor Director, "esas boberías" mi reacción no fue actuada si no natural. Natural al cien por cien. ¿No es eso lo que buscamos? ¿Que la historia sea real cuando la interpretamos? Para eso necesitamos reacciones que luzcan naturales, y no hubo nada más real que mi cara y la facilidad con la que esta muchacha habló. ¡Y ése beso robado! ¡Desprevenido! Fue genial.

Vendela sonrió.

-Sí, lo fue, pero no fue apropiado.

-Porque no dijo lo que tú querías padre – Michael entró en el set, así, de la nada – no dijo... ¿Cómo era? Ah, ya recuerdo. "Sabes que no permitiré que me dejes, no podrás". Vamos, eso suena a mujer despechada que entre líneas dice "sabes que no puedes vivir sin mí." A mi gusto, lo que está olvidadiza señorita le agregó a la historia fue lo que le hacía falta. Sorpresas, brutalidad, digo, por el modo en el que se le tiró encima – Vendela lo miraba seria. Michael sonrió al sentir su mirada – y él tiene razón, como sea que se llame. Su reacción fue tan real que hasta creí que intentó abusar sexualmente de su persona.

-Lucien, me llamo Lucien Hallen.

-Un gusto Lucien. Michael Clifford – se acercó para apretarle la mano.

Lucien no hizo caso al gesto de Michael. El joven retiro su mano.

-Deduzco por tu acento y tu nombre que no eres de aquí.

-No, no lo soy.

-Bueno, basta de frivolidades. ¡Maquillaje! – Gritó el director – volvemos a escena en diez.

El día no terminaba nunca. Eran las nueve y media de la noche y la pobre joven actriz continuaba filmando y repitiendo una y otra vez la misma escena.

-¡Y corte! – gritó el director. Nunca paraba de gritar – Estuviste excelente Vendela, esa es mi estrella. Ve, toma algo y luego filmamos los últimos diez minutos. Hay un solo detalle que debemos corregir.

-Gracias – agregó ella agotada.

-Yo te lo traigo – le dijo Michael.

-No, por favor. Iré yo.

-No, sería un placer, créeme.

Bebió un café negro bien caliente para poder recuperar fuerzas. Cuando volvió al set descubrió que nuevamente le costaba concentrarse.

Lucien decía:

"(...) Cuando el capitán se enteré de esto nos matará, tenemos prohibido estar aquí.

Vendela parpadeó profundo y continuó.

"Creo que no hace falta que se entere, no tiene porqué hacerlo."

"No, no lo hará. Por cierto, ¿hablaste con tu hermana de la mudanza?

"Si, dijo que cuanto antes mejor. Su marido le..le..."

Sintió nauseas.

-¿Vendela estas bien? – preguntó Lucien.

-Yo me... 

Y cayó desmayada.

(...)

"Tiene que venir a verla ahora mismo. ¡Se desmayó en escena!" decía alterada Lana "claro que está comiendo bien. Por favor, sólo pido que manden a alguien para que venga a verla rápido. Hace más de media hora que esta postrada en la cama".

-No hay mejor despertador que tu chillona voz - le dijo la joven al abrir los ojos.

-Dela, gracias a Dios.

-¿Hace cuanto que estoy aquí, en mi cama? – preguntó sorprendida.

-Bastante ya. ¿Cómo te sientes?

-Como si se me hubiera salido el estomago por la nariz.

-¿Qué te paso?

-Yo fui la que se desmayó, no tengo ni idea.

-¿Qué comiste hoy?

-Un café frío y dos tostadas negras.

-¿Nada más?

-Yo creo que no.

Y luego volvió a su mente el recuerdo de Michael trayéndole el café de manera tan extrañamente amable.

La intérprete; m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora