La combinación desastrosa de mis pensamientos fue interrumpida por una alarma ensordecedora.
-¡¡Fuego!!
Gritó una voz lejana.
Una densa nube gris empezó a inundar la sala dificultando la respiración y una llama naranja prendió con rapidez las cortinas y alfombras.Todo el mundo corría y gritaba sin parar.
Miré hacia el escenario, donde dos hombres se llevaban a Dani y a los demás por la puerta trasera.
Empecé a gritar su nombre corriendo para alcanzarlo pero la gente se chocaba contra mi y me impedía avanzar.Dani, que era el último en salir, miró entonces hacia atrás y recorrió toda la sala con la mirada hasta que se detuvo en mi. Intentó retroceder pero no le dejaron, lo arrastraron hasta afuera y cerraron la puerta de golpe.
Algunas Auryners desesperadas internaron volver a abrirla pero no hubo suerte.
Me dirigí a la entrada principal, me pareció que había millones de personas, ni siquiera podía ver la salida y para mejorar la situación todos te empujaban y pisaban.
Cada vez me costaba más respirar, por suerte cada vez quedaba menos para poder huir del fuego.
Estaba a punto de echar a correr dejando las llamas atrás cuando oí unos ruidos detrás del escenario.
"¿Y si alguien está atrapado?" Pensé, así que atravesé el patio de butacas para echar un vistazo. No podría soportar en mi conciencia dejar a alguien solo en apuros.
Algo se lanzó sobre mi y empezó a chupetearme la cara. Cuando me recuperé del sobresalto pude ver un precioso cachorro de Golden Retriever, dorado.
-Ey que haces tu aquí, esta bien vamos chico.
Corrí de vuelta mientras mi nuevo amigo me seguía.
Cuando llegué la puerta estaba cerrada, ya no quedaba nadie, solo yo y el cachorro.
Intenté abrirla con todas mis fuerzas, pobre de todas las maneras posibles, y nada. Ahora la que estaba en apuros era yo...Las fuerzas me abandonaron al igual que el oxígeno, me tumbe en el suelo apoyando mi cabeza en el perrito que estaba ya tan agotado como yo.
Tosía sin parar y los ojos me pesaban.
Escuché débilmente el sonido de algo chocando contra la puerta y a mi cachorro llorar. Lo siguiente fue Dani poniéndome sobre su espalda.
-Te tengo pequeña.
Era lo último que escuché antes de perder el conocimiento totalmente.