Capítulo 2: Elliot bipolar

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Saco las llaves del coche de mi bolso y me incorporo, prendo el motor y doy camino hacía la universidad.

En 16 minutos llego a la uni. Salgo de mi Range Rover Sport y saco mi mochila de la parte trasera, le pongo alarma para encaminarme a la entrada de la uni.

Siento que voy caminando con una sonrisa estúpida en la cara, ¿será por Annie? Bueno, sea o no por ella, tengo que borrarla de mi cara para que no empiecen a hacer preguntas. No suelo sonreir mucho ni expresarme mucho, solo cuando me lo piden; creo que soy una persona fuerte, arrogante, apática, a veces explícita, soy un conjunto de contradicciones.

Llego justo a tiempo a mi primera clase: Lógica. El tema de hoy es ''La analogía de la proporcionalidad'', y hasta ahora es lo único que sé porque no puedo dejar de pensar en Annie.

-Señorita Williams, ¿puede repetir lo que acabo de explicar?- el señor Parker se quita los lentes

-Lo siento yo, no estaba poniendo atención- me acomodo en mi asiento y lo miro expectante.

-Señorita Williams, usted no hace esto. Evite hacerlo.- se vuelve a poner los lentes y comienza a explicar algunos problemas con el uso de la lógica.

Pasé toda la tarde pensando en ella. No podía poner atención en las clases, lo único que pasaba en mi mente era su voz diciéndome ''ten, puedes llamarme después de las 6pm''.

Salgo de la universidad deseosa de llegar a casa y descansar en mi tan cómoda cama. Llego al cajón donde estaba estacionado el Range Rover, le quito la alarma y dejo mis cosas en el asiento trasero. Abordo mi auto y tomo camino hacia mi departamento.

Nunca alguien me había marcado tanto como para pensar todo el día solo en esa persona, eso me hace sentir enferma, ¿qué mierda? No suelo obsesionarme de este modo. Mi teléfono vibra y me saca de mis pensamientos, contesto con el manos libres.

-¿Si?- contesto en un poco de irritación en mi voz.

-Hola Charls, ¿podrías comprar mazorcas y pepinillos por favor?- Era Elliot detrás de la línea. Elliot es mi mejor amigo y roomate, es el típico galán del que todas las chicas se enloquecen, a excepción de mi por supuesto.

-Claro que si, que bueno que me llamaste en este momento porque estoy cerca-

-Ya sabes que te tengo bien monitoreada, así que ni se te ocurra irte a follar porque lo sabré-

-Está bien, no te prometo nada. Nos vemos en casa- le dije mientras doblaba en la calle Church St..

-Te amo, adiós-

-Yo también, nos vemos- colgué

Me dirijí a FUEL+, una tienda de productos orgánicos, es la tienda a la que vamos con mayor frecuencia a hacer las compras. Compré lo que Elliot me pidió y dí un larguísimo viaje de 11 minutos desde FUEL+ hasta el departamento.

Abro la puerta del departamento y me recibe Wendy, mi perra pitbull, con una sonrisa y su colita meneante. Salta sobre mi y mi cuerpo cae al suelo por la fuerza y el peso de Wendy.

-Creo que alguien está muy feliz de verte- dijo Elliot mientras cocinaba... Mmm spaguetti, que delicia.

-Si Elliot, yo también te extrañé- le dije dejando mis cosas sobre el escritorio, saco la libreta de lógica para dar repaso a los apuntes.

-Yo también estoy feliz de verte- dijo mientras me acercaba a darle un beso en la mejilla. Me siento en el sofá y abro la libreta.

-¿Qué has hecho de tu día Elliot?- vaya, no recuerdo haber apuntado tanto en lógica, después de que el señor Parker me llamara la atención; recuerdo la mirada que me dió el señor Parker y se me sale una risilla.

-¡Súper aburrido! Tantos números me vuelven loco, recuérdame por qué escogí administración- hizo una cara de desagrado y dejó los ojos en blanco.

-Porque quieres seguir con la empresa de tu papá, o algo así recuerdo que le dijiste a tu padre cuando te estaba presionando para que entraras a la universidad de una buena vez- se lo dije en un tono sarcástico, propio de mi.

-Ja ja que graciosa Charls. Necesito despejarme un poco.

-Creí que te revolcabas con chicas fáciles para despejarte, ¿cómo se llamaba la última? ¿July?

-Julianne. Era linda.- sirve el spaguetti en dos platos y se sienta junto a mi en el sofá.

-Debí estudiar comunicación- se ve muy bien hoy; jeans rasgados, camisa blanca de cuello redondo y unas botas cafes, del color de las de Annie.

-Sabes, creo que lo tuyo es la arquitectura. Recuerdo como te la pasabas haciendo dibujos de edificios en la parte de atrás de tus cuadernos, y como te gustaba construir mansiones con legos. Creo que esa es tu pasión - tengo los ojos cansados, con ganas de tomar una larga siesta.

-Pensándolo bien, creo que es cierto... lo consideraré, gracias Charlie -me guiña un ojo.

- Solo trato de iluminarte un poco tu camino

-Dejemos de hablar de mi, ¿cómo estuvo tu día?

-Al fin le hablé- me voltee para mirarlo a los ojos - fue algo... sencillo.

-¿A la chica de Mitzi's? Wow, si que agarraste mucho valor- sonrió antes de continuar comiendo su spaguetti. Debo de admitir que Elliot cocina muy bien.

-Si, es más tímida de lo que pensé-dije tratando de tragar.

-¿Cómo se llama? Apuesto a que tiene nombre de santurrona- dió una carcajada.

-Annie. Bueno, se llama Anastasia pero Annie es más... dulce- dije antes de meterme el tenedor con spaguetti a la boca.

-¿Es tan intelectual como creíste?- me echó un ojo para admirar mi expresión.

-No como creí, pero sí lo es. Siento que está llena de sorpresas y que en algún momento me va a enseñar su verdadero yo.- le guiñé el ojo para después soltar una carcajada los dos al mismo tiempo.

-¿Y qué quieres con ella?, ¿follartela o para algo serio?- dijo examinando mi expresión

-Solo quiero ser su amiga. No me follaría a una chica tímida y para algo más... no lo sé, apenas la conozco Elliot.

Elliot termina su spaguetti y pone el plato encima de la mesa de centro.

-Está bien. ¿La volverás a ver? Quiero decir, en un lugar que no sea la cafetería- se levanta, toma su ordenador del escritorio y se vuelve a sentar a mi lado.

-No lo sé querido Elliot, pero voy a llamarla a las 6:00 pm- le digo haciendo una cara de emoción.

-Y eso es en dos minutos querida. Al parecer no es tan tímida al darle el número a una desconocida. Si una desconocida me lo pidiera, la seduciría y me acostaría con ella.

-Pero no le darías tu número verdadero- lo miré para examinar su expresión. Está serio, como si le hubiera dolido lo que he dicho. Mira fijamente la pantalla del ordenador, pero no está leyendo nada, simplemente está ido.

-Elliot, ¿estás bien?- Elliot sale de su trance y se vuelve.

-Creo que tienes que llamar a alguien- lo dijo fríamente, como si le doliera el hecho de que yo si tengo a alguien a quien llamar.

-Hablaremos de esto luego- le dije mientras me paraba del sofá y me dirigía a mi habitación. Eso fue muy raro, Elliot no suele reaccionar así ante estas acusaciones, está un poco bipolar.










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