Sonó la alarma y extendí mi brazo para apagarla. Otro día en la escuela, solo de pensarlo me causa dolor de cabeza.
Decido levantarme de la cama y me dirijo a mi armario para buscar el outfit perfecto, ya que hoy me voy de shopping con Annie.
Tomo un baño rápido y me pongo lo que escogí para hoy; una blusa blanca holgada de tirantes, un pantalón roto de las rodillas, unas botas cafés y una camisa roja con cuadros negros encima de la de tirantes. Me recojo el pelo en una cola alta, me pongo un poco de rimel y brillo en los labios.
Arreglo mi mochila y miro el reloj, 6:45 a.m. es tiempo de ir a la escuela.
Al salir de mi habitación me encuentro con la mirada de Elliot, quien me mira dulcemente desde la cocina. Me le quedo viendo unos segundos, ninguno de los dos emite ninguna palabra pero no es necesario, el silencio lo dice todo y a la vez nada.
-Buenos días Charlie- Termina con el silencio entre nosotros y sonríe, como si fuera su única razón para sonreír.
- Buenos días Elliot, ¿dormiste bien?- le di un beso en la mejilla
- Si, aunque tuve un sueño muy raro- tomé mi mochila y mi bolso del perchero.
- ¿qué soñaste?- tomé una taza y la llené de café que había preparado Elliot.
- Soñé que nos casábamos, ¿que loco no?- volteó a verme y yo no pude evitar soltar una pequeña carcajada.
- No es loco, tal vez es tu subconciente que te dice que quieres pasar el resto de tu vida conmigo lo cual es algo razonable y fácil de comprender. Me tengo que ir, te quiero, que tengas un buen día- le doy otro beso en la mejilla y él me besa en la frente, adoro que haga eso.
- Maneja con cuidado pequeña, y por el amor de Dios pon atención en las malditas clases Lottie- me abre la puerta del apartamento y salgo de él
- Yo siempre pongo atención en clase Lelliot, deja de ser tan... papá- los dos reímos, lo tomo de la mano y rozo mi pulgar con su tan suave piel- adiós.
- Adiós- suelto su mano y camino por el pasillo hasta el elevador y pulso el botón con la flecha hacia abajo.
Las puertas del elevador se abren y quedo en shock, mi corazón palpita desenfrenadamente y un nudo de rabia sube por mi garganta. Todo mi cuerpo se llenó de odio y rencor en cuestión de segundos y sentía que si abría la boca lo único que saldría serían puras groserías e insultos.
Sus ojos se cristalizaron, sus manos comenzaron a temblar y se veía como si quisiera decir algo pero no podía sacar las palabras por la boca.
Cuando estuve a punto de voltearme y caminar hacia las escaleras por fin pudo entonar una palabra.
- Charlotte- salió del elevador y solo dos pasos nos separaban la una de la otra.
-Jeanine- Mi madre.
-Cariño, me costó mucho encontrarte- dio un paso adelante e instintivamente retrocedí uno.
-¿Qué mierda haces aquí?- Realmente no me importa ser grosera con ella, sentía que se merecía lo peor, lo que hizo para mi no tiene perdón.
-Necesitaba verte Charlotte, no te he visto en 5 años-
-Te dije que no te quería volver a ver, y específicamente te dije que no me buscaras- Estoy tan enojada que podría abofetearla ahora mismo.
-Charlotte hija, ¿podríamos hablar?- su mirada se veía triste, pero me resistía a caer en su triste mirada de martir.
-¿Sobre qué Jeanine? No hay nada de qué hablar, lo hecho está hecho y no te quiero en mi vida.
-Quiero hablar sobre lo que hice, cariño por favor, te lo suplico déjame explicarte todo.
-Lo siento Jeanine pero tengo que ir al colegio y tengo todo el día ocupado, no tengo tiempo para ti.
-¿Puedo venir mañana?- Ésta señora no se rinde.
Suspiro, su visita realmente me arruinó el día el cual apenas empieza.
-7 en punto, solo cena y lo que me quieras decir. Si llegas aunque sea 1 minuto tarde, pierdes tu oportunidad- no pude evitar poner los ojos en blanco y después posar mi mirada en la suya.
-Llegaré a tiempo no te preocupes- sonrió tímidamente y pude notar un brote de esperanza en sus ojos.
-Me tengo que ir, adiós- me volteé y comencé a caminar hacia las escaleras
-Que tengas un lindo día en la escuela cariño- pude escuchar como pulsaba el botón de elevador
-Como sea- empecé a bajar las escaleras lo más rápido que pude para no encontrarme con Jeanine cuando saliera del elevador.
Salí del edificio y ahora camino hacia el estacionamiento mientras saco las llaves de mi auto del bolso.
Le quito la alarma, abro la puerta trasera y meto mi mochila en ella. Enciendo el auto y me encamino a la escuela.
No puedo aclarar mi mente, siento mucho odio, no quiero tenerla en mi vida... o por ahora. La odio, si que la odio, pero no tanto como para matarla.
Creo poder perdonarla, con el tiempo, pero sé que es el mismísimo diablo en carne, no puedo confiar en ella, es una estafadora, eso es lo que es.
Llego a la uni, bajo de la rover, saco mi mochila y me dirijo a la entrada.
Entro y me dirijo al aula 8, donde será mi primera clase pero una mano en mi hombro me detiene.
-Señorita Williams, quedé impresionada con su ensayo, es más que perfecto y está impecable.- la señorita Roth es mi profesora favorita. No sé como pero con solo sonreír te hace cambiar de humor, emana pura felicidad y cuando te elogia es con pura y bella sinceridad.
-Muchísimas gracias señorita Roth, tenía algunas dudas pero me arriesgué- le doy una pequeña y sincera sonrisa, ella realmente me pone de muy buen humor.
-Está magnífico, creo que deberías estar en una clase más avanzada-
-¿Eso cree?- wow, eso si que me sorprendido, nunca había sido una chica genio así que esto me hace sentir un poco especial.
-Si, creo que sabes mucho como para estar en mi clase- posa su mano en mi hombro para incitarme a hacerle caso a su sugerencia.
-Lo pensaré señorita Roth, muchas gracias-
-Por nada Charlotte, si necesitas algún tipo de ayuda no dudes en buscarme, ¿está bien?- como me encanta esta mujer.
-Si, claro, gracias- le regalé un sonrisa y me acomodé la mochila en el hombro
-Ten una bonita mañana, en un rato nos vemos en clase- me sonrió, diablos, me encanta su maldita sonrisa.
-Igualmente señorita Roth- y seguí mi camino hacia el aula 8.
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¿Fantasía o Realidad?
Novela JuvenilNo es una fantasía, pero tampoco sé si es realidad. Este cielo glorioso que nos abrazaba, ya no lo hace más, ¿por qué? No fue nuestra culpa caernos tan bien, acoplarnos tan bien. Recuerdo muy bien el primer día en que te vi. No sabía como llegar a...