El Infierno es el Cielo

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En la habitación 260A se despertaba una a chica agitada de 18 años.

-Solo era un mal sueño- Susurraba repetidamente-. Solo es un sueño. Un sueño.

Ella sabia que no era un sueño, ella sabia que todo habia pasado hace 12 años atras, y por esa razon se encontraba en el lugar en el que se encontraba. Todo era real. Las voces eran reales. Una parte de ella deseaba, desesperadamente que nada fuera real; Poder regresar en el tiempo y nunca haber echo lo hizo.

Mientras ella se trataba de tranquilizar, escucho la alarma, que provenia del pasillo; Esa alarma significaba que era hora de levantarse y bajar al comedor por el desayuno.

Levantándose de su cama y saliendo del cuarto, en el que se hospedaba, camino junto a los otros internos para recibir su desayuno del dia.

"Corre" "¡Vamos, huye!" "Sal de esta prisión"

Eso es lo que le decian las voces todos los dias. Las voces al igual que ella no le gustaba estar ahí. Pero sabía que no podia hacer nada al respecto. Ella merecía estar donde se encontraba; O al menos eso es lo que le decían todos los psiquiatras y psicologos que la atendian.

En el centro psiquiátrico de Seattle   no eran buenos con las voces; y las voces eran parte de ella.

Se sentía en una especie de prisión.

Ella sabía que no confiaban en ella.

La hacían tomar una serie de medicamentos; America odiaba tomarlas, silenciaban a las voces. Y la hacían sentirse muy sola. Pero sabía, que para salir de ahí, debía de actuar, como si a ella le gustaba los efectos secundarios que le producian los medicamentos; Aunque estos la hicieran sentir como si fuera su ultimo día de vida.

America se dirigio al segundo piso donde se encontraba el comedor. Se dirigio a hacer fila junto a sus otros compañeros para escoger su desayuno. Conocia a todos aquí, hacía 12 años que la habian internado, pero no tenía ningun interes en hablar con nadie en particular.

Internaban desde niños hasta ancianos; Aunque jamas los mezclaban, solo a la hora de comer.

Cuando recibío su comida se sento en su puesto habital donde nadie, ni siquiera los niños la interrumpian, era una esquina al lado de una ventana, habian otras ventanas, pero esta daba cara a una pared de cemento. A nadie le gustaba ese puesto, por esa razon, pero a ella no le importaba, por que la animaba a querer salir de ahí lo mas antes posible. Le recordaba que debia de actuar que las voces no existian para no quedar atrapada en ese lugar.

America empezo a comer su desayuno que consistía en un plato de avena y un vaso de agua. Tenian más variedad de suplementos alimenticios. Pero no estaba de humor para escoger algo mas elaborado.

Le habían anunciado, hace seis dias, que gracias a su buena conducta y recuperamiento, la iban a dejar ir a casa de nuevo. Le habian emocionado las noticias, pero no por ir a casa de nuevo, si no por el hecho de salir de ahí.

Esta era su ultima semana y habia sido un infierno.

Le hacían varios examenes, tomaba más medicamentos de lo acostumbrado y muchas terapias. Trataban de llevarla a sus puntos limites, solamente, para ver si era un riesgo dejarla salir. Y ella odiaba cada momento.

Pero sabia que era la ultima vez que la harian pasar por aquello nuevamente.

Habia tratado, lo mejor posible, para que las voces no la controlaran. Aunque en las noches estas la volvieran loca. Con sus gritos constantes.

Hoy era su ultima terapia. Su ultima prueba. Si lograba pasarlo seria libre nuevamente.
No sabia que le esperaba.

Despues de terminar su desayuno, se dirigío hacía su cuarto, donde esperaría a que la vinieran a recoger para llevarla a su sesión con el Dr. Carson. Se sento en su cama mirando a su alrededor. Recordando cuando llego por primera vez.

ANTES DEL FINWhere stories live. Discover now