Blanco

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Un blanco conejo, era el creador del ruido que interrumpió la conversación de América. Se sentía tan aliviada, de que este pequeño animal fuera el único testigo de su verdadero comportamiento.

"¿Que esperas?"
"¿Una invitación tal vez?"
Dijeron algunas de las voces.

-¿Qué? ¿A qué se refieren? - Dijo, mientras se ponía en cuclillas frente al conejo para traerlo con la mano- No quiero hacerle daño.

"Hace mucho tiempo que no vemos sangre fresca..."
"Mira esa piel blanca lo bien que se vería con gotitas rojas."
"Ummm... Es sólo un conejito ¿Qué más da?"

-No nos ha hecho nada.- Su voz sonaba titubeante, las voces podían doblar sus decisiones.- Dejémoslo así.

"Hazlo, agarra una piedra."
"Y aplasta la cabeza de ese animal tan fuerte que sus ojos salgan."

Ya había agarrado al animal en sus brazos.

-No lo haremos, así que ni intenten cambiarme de opinión.

"No te olvides que nosotros también estuvimos ahí."
"Nosotros también sufrimos."
"A nosotros también nos callaron."
"¡Merecemos diversión!"

-¡Qué no! Por favor no salí para que ustedes y sus comentarios me llevarán de vuelta.

"No fuiste la única a la que encerraron ahí."
"Agarra una roca y hazlo. Nadie sabrá."

Empezó a considerar la idea. Nadie estaba alrededor y seguramente no pasaría ninguna persona por ahí en un par de horas más, tendría tiempo suficiente para apaciguar las voces y enterrar toda evidencia. Tendría que ser cuidadosa, llegar a casa con manchas rojas en la ropa alertara a su mamá. Sólo había un problema; el animal era tan hermoso, blanco con esos ojitos negros, dándole una mirada de ternura, acariciandole la espalda, el animal sólo cerraba los ojos como si fuera el mejor de los toques. No podía hacerle daño, su papá y las personas que resultaron heridas del centro psiquiátrico se lo merecían, este animal era inocente. Tal vez si le pegaba al animal sería suficiente para las voces, así que levantó la mano lo más alto posible para que el golpe realmente resonará.

-¡Hey! ¡Snowball! ¡Ven precioso!- Una voz gritaba a lo lejos.- ¡Ven Snowball! ¡Tengo zanahorias esperando!

"¡Joder no!"

Bajo la mano inmediatamente, escucho los pasos de alguien acercándose a ellos, al menos no tendría que lastimar al pequeñín.

-¡Ahí estás!- Era una chica quien decía eso, se acercó ,extendiendo los brazos hacía América.- Lo he estado buscando desde ayer.

América no quería soltarlo todavía, pero sabía que de por sí su presencia y atuendo a estas horas del día se debería de ver anormal.

-Aquí tienes, es muy bonito.

-Gracias, se llama Snowball, es hembra y, jodidamente, escurridiza ¿Cómo te llamas? Nunca te he visto por aquí.

-Acabó de llegar ayer, mi nombre es América Hellis.- Con un tono cordial, intentó darle una sonrisa.- ¿Y tu? ¿Cómo te llamas?

-Wow, tu nombre es muy continental.

América se rió de este comentario, su nombre siempre causaba algún tipo de reacción.

-¿Donde enterre mis modales?- Su voz sonaba muy tranquilo, tal vez no le incómodaba la presencia de la pelirroja.- Soy Thalia Sullen, vivo en la casa color verde menta, que está cerca de aquí; te gusta madrugar asumo.

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⏰ Last updated: Jan 24, 2019 ⏰

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ANTES DEL FINWhere stories live. Discover now