capitulo 31

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(dos semanas despues)

NARRA RAITO

estabamos en el instituto de himeko, estaban a punto de representar su baile, una canción de una tal hyuna, creo.

los idiotas se empeñaron en venir tambien asi que aqui estaba, entre shuu y subaru en primera fila en la pista de baloncesto.

al cabo de 10 minutos salieron a la pista, himeko, miku y varias chicas mas. llevaban una camiseta con las que se les veia ... todo menos el pecho, falda de animadora y zapatillas planas. joder que sexy se veia himeko con el pelo ondulado en las puntas.

comenzé a grabarla con el movil justo antes de que empezara la musica (cancion en multimedia:3).

juro que podia verla cantando la canción mientras bailaba, yo no podia dejar de mirar, como se subia un poco la falda cuando baile lo requeria, aunque tambien podia ver como muchos chicos la miraba lascivamente, aunque no parecia darse cuenta yo si me daba cuenta y no me agradaba para nada.

el baile terminó, saludaron al publico y a mi me guiñó un ojo. me levanté de la silla y la esperé en la puerta de los baños.

NARRA HIMEKO

mientras mas avanzaba podia notar mas miraditas lascivas de muchos chicos presentes. joder me sentia violada mentalmente. el baile terminó y saludamos al publico y le guiñé un ojo a Raito. fuimos al baño a cambiarnos.

- oye chicas- dijo Aya- ¿no notabais como si os estuvieran violando mentalmente?- todas asentimos varias veces con cara de asco.

- y que repelús- dijo Miku, nosotras reimos

- ¿visteis a los chicos que estaban en primera fila? joder el del sombrero era demasiado sexy- dijo Natsuki moridendose levemente el labio inferior y yo apreté inconscientemente la botella de agua que tenia en las manos y me la llevé a la boca para no soltar ningún comentario obsceno

- natsuki olvidate de él, es el novio de himeko- dijo aya y escupí el agua

- ¡n-no es mi novio!- dije antes de toser y ella y miku rieron- ¡no es gracioso!

- lo es, mira que roja te has puesto- comentó Miku, me giré y comprobé que para mi desgracia parecía un tomate. terminé de cambiarme y salí cagando leches. en la puerta estaba Raito apoyada en la pared opuesta, mirando al suelo. levanto la mirada y una vez mas me quedé embobada mirando sus preciosos ojos verdes. - tierra llamando a himeko- dijo miku agitando la mano delante. parpadeé varias veces y me puse roja nivel dios pero al ver a Natsuki zorreand..digo demasiado cerca de Raito, apreté los puños, me colgué la mochila al hombro y me fuí como si no hubiera visto nada.

fuí al gimnasio que habia enfrente de mi casa, recordé la de veces que desde la ventana de mi habitación se podian ver a hombres haciendo pesas o corriendo en la cinta y Miku, Aya y yo nos quedabamos mirando con la baba.

me dirigí a los sacos de boxeo, solté la mochila en el suelo, me coloqué los guantes y empezé a golpear el saco.

poco a poco en mi mente el saco comenzó a tomar la forma de la cara de Natsuki y empezé a pegar con mas rabia y mas rapido, hasta que me di cuenta.

- no, joder himeko, esto está mal- me quité el sudor de la frente y me tapé la cara con los guantes.

- ¿que está mal?- dijo una mujer a la que reconocí enseguida

- es una larga historia kaede

- soy toda oidos- se cruzó de brazos y se apoyó en pared. suspiré y empezé a contarle todo, desde le primer mensaje de Raito, hasta Natsuki restregandole las tetas en la cara- joder. que zorra.

- sabia que dirias eso- reí- pero no está bien que por el hecho que estar celosa, ya tenga que imaginar que la estoy matando

- en mi humilde opinión, mientras nadie lo sepa está bien- Kaede se encogió de hombros y yo suspiré- oye no pongas esa cara en mi gimnasio ¿de acuerdo?- me golpeó amistosamente en el hombro y yo reí

- vale, vale

- venga dúchate y vamos a cenar por ahí, como en los viejos tiempos- me guiñó un ojo y la seguí hasta las duchas.

fuimos a una pizzeria cercana y pedimos una pizza 4 quesos. como me conoce esta mujer *¬*. mientras veiamos un partido de baloncesto que estaban retransmitiendo en la tele de la pizzeria.

- ¡pero salta pedazo de imbecil!- gritó kaede cuando uno de los jugadores estaba a medio metro de la canasta y no tiraba

- menos mal que es de tu equipo- reí mientras me terminaba una porción. cuando terminó el partido, me despedí de Kaede y cada una nos fuimos a nuestras casas





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