3

37 10 0
                                    

Capítulo 3


El sonido de mi alarma junto a los cantos de Clyde hizo que saliera de un profundo sueño, adormilado abrí mis ojos encontrándome a Clyde frente a mi recitando "Only Girl" con un cepillo dental como micrófono.


want  you to make feel, like i'm the only girl In the world, like i'm the only one that you'll ever love...–canto Clyde con sus ojos cerrados como si fuese Rihanna.

— te daré un grammy –bromeó frotando mis ojos.

— ¡Siéntete una estrella! –gritó.

— no, no –reí mientras me levantaba– ya soy una estrella pero... –comencé a caminar hacia el baño– nadie me quiere descubrir.


Camine hacia el baño, me gustaba como se sentía el suelo frío con mis pies descalzos. Me veo al espejo y no pude evitar centrar mi mirada en mis ojeras, eran horrendas y negras parecía un drogadicto aunque...consumí drogas pero eso no me hace un adicto (¿o si?)


— además –agregó Clyde apareciendo en el marco de la puerta– deberíamos brillar como yo –sonrió colocando una mano en su cintura.


Clyde era bastante conocido en la sociedad Gay de Amsterdam, siempre estaba presente en convenciones, festivales y eventos de esa índole además de que era guapo. Podría decir que Clyde tiene un gran corazón pero también tiene grandes hormonas y  no las puede controlar.


– Rebecca te ha estado llamando –informo aun en el marco de la puerta.

— ¿en serio? Aún no le confirmo mi asistencia –coloque una mano en mi frente recordando el evento.– ¿podrias decirle...

— ya lo hice –sonrió– no me lo agradezca.


Suspire aliviado y volví a mirarme al espejo, no podía dejar de ver mis ojeras eran de terror. No me gustaría ver a Rebecca en estas fachas tan horribles, ella no merecía verme así aunque podría cubrirlas con maquillaje, Clyde tenía bastante así que era una gran solución.


— ¡Clyde! —grite desde el baño.

— ¡Espera! –contestó desde su habitación.


Asentí aunque él no me viera, abrí el grifo del agua caliente y enjuague mi rostro, tome el jabón frotando en mi rostro y de nuevo me moje.

Clyde apareció de nuevo con una mascarilla en su rostro color verde.


— necesito ocultar esto –señale mis ojeras.

— son las...—miro su reloj— 2:20p.m puedo arreglar eso.


Sonreí, Clyde me indico que lo siguiera a su habitación, tomó una silla y la coloco frente a su espejo de luces, me senté en ella observando cómo sacaba un bolso de mano con todo su maquillaje.


— ¿porque tanto maquillaje? –preguntó mirándolo.

— no es para ti, es para una clienta –respondió sacando un frasco color piel– ahora cállate y déjame hacer lo mío.


Asentí sin decir más, Clyde tomo el frasco y mojo su dedo en el seguido de esto lo marco debajo de mis ojos, tomo una brocha gruesa y empezó a restregarlo por toda la zona.


— no es nada del otro mundo –platico Clyde– pero es genial, algunas veces hace milagros –volvió colocar maquillaje en la misma zona– ya casi termino...


Inquieto comencé a jugar con mis manos, Clyde gruño alejándose haciéndome saber que ya ha terminado. Me mire al espejo y no tenía marcas de haber tenido una noche larga...


— Gracias –le sonrió antes de mirar mi teléfono cual marcaba la hora de 3:00p.m– creo que debo irme a casa, necesitó lucir bien para la exposición.

— y para Rebecca –completo Clyde de forma graciosa.

— Ella no es mi tipo, ya sabes, las prefiero más...–dije pensado un poco hasta:— cerradas y misteriosas.

— suerte –contesto burlón.

— si, si como sea –tome mis cosas y me despedí con la mano.


Me adentre en el ascensor del edificio jugando con la funda de mi iPhone, no de baja de pensar que tipo de pinturas habían en el museo además de sus costos.


El ascensor se abrió en planta baja y avance cambiando por la recepción, Dyanne saludo con la mano y respondí de la misma manera, fuera del edificio estaba la parada de taxis camine hasta uno preguntándole al chofer si podría llevarme a mi casa, él asintió y me adentre en él auto. Durante el camino me coloque mis audífonos escuchando Love Me de The 1975, el chofer me indicó que ya habíamos llegado y efectivamente le entregue el dinero y baje de su auto.


Vivía sólo desde hace un año cuando cumplí 21, mis padres viven cerca del centro de Amsterdam en un pequeño edifico de dos plantas. Me crié casi toda mi vida en una pequeña habitación blanca del internado para chicos de Holanda situado a las afueras de aquí, Ámsterdam.


Subí las escaleras de entrada hasta la puerta negra de madera, saque mis llaves y las introduje en la manilla, unos segundos después ya me encontraba quitándome los zapatos en la entrada y dejando mi chaqueta en el perchero. Me fije del reloj de pared cual me indicaba que tan solo faltaban dos horas para que comenzara la exposición, subí corriendo al baño y me despoje de mi ropa entre al baño y deje el agua caliente se adueñara de mi.


30 minutos después


Salí del baño con la toalla alrededor de mi cintura, caminé rápido hasta mi habitación y saque unos jeans negros una camiseta negra y una chaqueta. Rápidamente me coloque la ropa percatando que ya me quedaba tiempo.


Mierda.


...




Nothing Last Forever. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora