Cuando tenía 11 me dijeron que Dios le había dado un corazón tan enorme que era capaz de amar a todos, pero cada vez que amaba a alguien nuevo este crecía y hacia doler su pecho, sin embargo, nunca lo escuché quejarse por aquello. Hoy con 17 años mi viejo se me fue, y se fue con el corazón más grande del mundo.
A través de estas palabras que no leerás, déjame decirte que agradezco cada momento a tu lado y que mi corazón crece cada vez que te recuerdo.
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Palabras de una ser humana
RandomNo tiene descripción, es un deshago de mi cabeza revuelta e inquieta.