Los ojos formaron una liberadora cascada de melancolía y vacío, ella deseaba parar, levantarse, pero su alma se lo impedía. Cayó en la desesperación de no encontrar el cielo que la ilumine. Se sentía abandonada, el ángel desapareció a través de las penumbras de sonrisas pasadas y el demonio se aburrió de su desesperanza. No había bien, no había mal, no había nada a excepción de un cuerpo pálido en emociones y frío en ánimo.
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Palabras de una ser humana
De TodoNo tiene descripción, es un deshago de mi cabeza revuelta e inquieta.