𝟬𝟬𝟱 en la noche

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CAPÍTULO CINCO:en la noche

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CAPÍTULO CINCO:
en la noche.




Esperando por la pista Steve/Clint

¿Por qué no adivinas?

Una parte de mí dice que eres Clint intentando jugarme una broma
La otra parte de mí dice que eres un Steve que está muy aburrido 😳

¿Un Steve? ¿Cuántos Steve conoces?

¡Sólo es una expresión! 😛
Agh, sólo te hablo porque necesito mi maldita pista
Ahora que lo pienso, ayer no me diste una...

¡Pero estábamos en la misión!

                                           No me importa
Ahora tienes que darme dos pistas 😝

Mar, en serio😑

Dos pistas, por favor.

Tengo algo mejor...

¿Qué?

Voy a decirte quién soy
Hoy en la noche
En la fiesta😳

¡¿Hablas en serio C.N.I.?!

Sí, lo prometo

😊😊
Visto 18:58

  Marina sonrió a la pantalla de su celular. Volvió a leer los mensajes una vez más antes de dejar el móvil en la mesa y dirigirse a su baño, cargando con la ropa apropiada para el evento.



  — ¿Por qué parece como si estuvieras súper emocionada, Mar?—, preguntó Tony, sentado a su lado.

  —Estoy emocionada. No te diré por qué. Pero tengo que hablar sobre algo contigo, algo serio.

  —Oh, por favor. ¡No empieces otra vez con lo del cereal!

  —Pero, ¡Tony! ¿Por qué no me lo dijiste?—, reclamó la castaña, adoptando un tono dramático.

  —Sigo sin entender cómo te enteraste—, suspiró Tony mientras se tapaba el rostro con las manos. Marina se llevó el vaso a la boca, evitando olímpicamente la pregunta. Si se lo contaba, Tony sólo se burlaría.

  —Es un truco, ¿no?—, inquirió Clint a Thor, bajo la atenta mirada de la chica. El arquero le miró y ella le mostró una suave sonrisa antes que el espía volviera su atención al asgardiano.

  —Puedes intentar si quieres—, animó con calma Thor, una sonrisa confiada decorando sus labios.

  Clint aceptó el desafío sin dudar al levantarse del suelo y acercarse al martillo que descansaba sobre la mesa. El arquero tiró con fuerza, pero no logro moverlo.

  — ¿Qué pasó, Clint?—, se burló Marina, negándose a desaprovechar un momento para molestarle.

  — ¿Por qué no intentas tú?—, le contestó Clint, pero Marina se negó al instante. En su defensa, Tony se levantó para intentarlo por sí mismo. Pero él tampoco obtuvo resultado.

  Bruce le siguió y Marina le sonrió dulcemente ante su jugarreta. Steve se acercó al Mjolnir mientras que Marina se preguntaba qué sucedería si Hulk lo intentara.

  Cuando Steve falló, éste alzó los brazos al aire, demostrando que se rendía. Marina le sonrió y el rubio le devolvió la sonrisa antes de volver a su asiento.

  Los Vengadores continuaron discutiendo sobre el Mjolnir mientras Marina buscaba su móvil para enviar un mensaje.

¿Y?
Enviado 02:57

Admitiré que soy impaciente si apareces
Enviado 02:58

  Marina, al notar que seguramente no recibiría una rápida respuesta, infló las mejillas y volvió a guardar el aparato. La castaña volvió a centrarse en la conversación de sus amigos, observando cómo Thor tomaba el Mjolnir y lo levantaba sin esfuerzo alguno.

  —Tengo otra teoría. No son dignos—, alardeó el Dios nórdico y Marina río antes de abuchearlo.

  — ¿Dignos?—, repitió una voz robótica, provocando que Marina, al igual que los demás, se giraran y se colocaran de pie —. No, ¿cómo podrían ser dignos?

  Una máquina era la que hablaba. Marina supuso que se trataba de los inventos de Tony, pero éste se encontraba bastante descuidado y destartalado.

  —Tony—, habló Steve.

  —Jarvis—, murmuró Tony.

  Marina mentiría si dijera que no se encontraba nerviosa cuando notó las facciones preocupadas de Tony. Claro, la castaña llevaba una pistola en el muslo. Pero no estaba para nada preparada para un robot desquiciado.

  Steve se colocó delante de la castaña, de forma protectora, listo para la acción. Marina levantó las cejas y separó los labios cuando encajó las piezas.

  —Steve, tú eres--.

  — ¡Sorpresa!—, interrumpió —. Perdón, pero no es tiempo para hablar—, negó el Súper Soldado cuando más robots aparecieron, destrozando todo a su paso.

  No fue muy complicado para los Vengadores acabar con ellos, pero sí tuvieron que retroceder al principio. Todos cubriéndose como podían de las balas que viajaban en su dirección.

  Steve había pateado una mesa, causando que ésta cayera al suelo de lado y les sirviera a él y Marina como un escudo.

  Una vez que Marina se quedó sin balas, tuvo que valerse por sí misma hasta que no existieran más robots.

  — ¿Estás bien?—, preguntó Steve.

  —Sí, ¿tú?

  Steve respiró profundamente, llenando sus pulmones de aire. Dejándose llevar por la adrenalina causada por el ataque, besó a Marina. Ella, en cuanto fue capaz de reaccionar, le devolvió el beso.

  —Eso es nuevo—, comentó Tony.

  —Cállate. Tú tienes mucho más que explicar—, advirtió Marina al separarse de Steve.

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