Enseñanzas de la Biblia.

Seamos la sal.

Mateo 5:13 (Nueva Versión Internacional)
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseché y la pisotee.

Usualmente compramos algún artefacto que nos gusta mucho y lo usamos casi todo el día durante todos los días hasta que se dañe o ya nos aburra. Ese artefacto es como la sal, nos llama la atención. Dice la palabras que nosotros somos la sal de la tierra. Quiere decir que nosotros debemos llamar la atención de las personas, debemos ser llamativos. Dice que si se vuelve insípida ya no sirve, sino para botarla y pisotearla. La palabra insípida quiere decir que no tiene sabor, que no tiene gracia o interés. Así que si nosotros somos la sal y nos volvemos insípidos no podemos ser luz para las otras personas que necesitan de Dios. Una vez nosotros nos convertimos somos expuestos a un cambio. Este cambio implica que dejamos de ser oscuridad para ser luz, dejamos de ser lo que éramos para ser personas de bien. Como luz y sal que somos tenemos que traer personas a los pies de Cristo. Nosotros como convertidos que somos, sabemos que es muy difícil estar en el mundo y que la vida del mundo es una que no nos llena y nos hace sentir vacíos y muchas cosas más. Entonces yo creo que si la palabra dice que somos la sal de la tierra tenemos que llamar la atención del hombre de manera en que el también fije su mirada en Dios. Debemos recuperar esas almas que están sufriendo. Tenemos que estar dispuestos a que Dios trabaje. Seamos la sal del mundo con todo el amor y dedicación que podamos darle. Seamos el instrumento que Dios use para salvar las almas perdidas.