Pensamiento #8 ¿Depresión?

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Tantas cosas nublan mi mente, sonrisas cálidas en el día doy, por la noche no puedo evitar pensar más, comienzo a buscar dentro de mí, y aquellos recuerdos en los que me han lastimado son los que se apoderan de mi, comienzo a pensar que todo es mi culpa, que debí ser mejor persona, miro mis errores y no puedo evitar señalarme, pensar que todo es mi culpa, que soy un error. Todos estos pensamientos me llevan a pensar en un dolor ilógico e irracional, ya que siempre he sido sincera en todo lo que digo y pienso, entonces caigo en la cuenta de que este mundo es tóxico, en el aire se respiran las mentiras, en cada esquina hay un mentiroso e hipócrita, una pequeña chispa en medio de la obscuridad lentamente se extingue, no quieren que destaque, no quieren que brille, quieren que me hunda como ellos, recortar mi mente y cerrar puertas a la creatividad, mi necedad me mantiene tal y como soy, tal vez sea la razón de lo que creo que es depresión, este sentimiento de tristeza incurable que me da por nada, es como estar riendo en un minuto y en un abrir y cerrar de ojos estar llorando.

Yo lloro por horas, lo más que he llorado son 4-5 horas seguidas, me dio tos, me ahogue en saliva y lágrimas, y usualmente lloro así cada 3 meses, es algo que es repetitivo, mi siguiente mes es enero en el que volveré a llorar sin razón mientras me doy una ducha, trato de evitar que me agarre la depresión en la escuela, no me gusta que mis amigos se preocupen por mí, otros simplemente ignoran mi existencia cuando me deprimo.

No tengo puntos medios entre la tristeza y la alegría.

Arrastrando pensamientos de hace 8 años no es saludable, mi llanto fue reprimido por la vergüenza y miedo, miedo a que la sociedad se enterara por lo que pasaba y la vergüenza que me traería eso, decían, yo no le veía nada malo en llorar frente a mis compañeros, era pequeña, inocente, me dijeron que si se enteraban se reirían de mi, tal vez mis enemigos de ese entonces lo harían, pero vería quienes eran mis verdaderos amigos, o ganaría amigos, nunca sabré lo que pudo haber pasado, me reprimí, una secuela que quedará ahí en mi mente como una cicatriz, quiero quitármela, quiero hablar, pero mentir por la mitad de mi vida me ha hecho amar la mentira en la que hoy vivo, la mentira que les digo a todos, la mentira que solo yo se la verdad, aunque mi niña interior me dice que no tiene nada de malo que me vean llorar.

Una Tomoko de la vida realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora